Las mermeladas y confituras forman parte de este blog desde su inicio. Las hay con azúcar y sin él y éstas últimas son las más numerosas desde que no puedo tomarlo. Hace más de diez años, publiqué varios tutoriales en los que expliqué detalladamente toda la información que pude recoger para preparar una rica mermelada. Son de las entradas más vistas en este blog, pero lo que no he publicado todavía, es el dedicado a las mermeladas sin azúcar. He ido retrasándolo porque quería seguir aprendiendo dada la experiencia adquirida en todo este tiempo, pero también he de reconocer, que como soy tan perfeccionista, nunca me parece que está listo para publicar. Ya es hora de que termine el trabajo y lo comparta. Espero no tardar mucho.
Hace más de un año que no os he compartido una receta de mermelada y como me apetecía mucho comerla, tener mangos malagueños recién comprados, era una buena excusa porque están riquísimos. Nunca antes había disfrutado tanto al comer un mango, bueno, para ser honesta, en Lisboa desayunaba manga cada día en el hotel y estos mangos me han recordado aquellos días tan bonitos. El dulzor y la ausencia de fibras, me invitaron a querer probar una mermelada en la que fuera la fruta protagonista.
Me he molestado en averiguar cuántas recetas hay en el blog porque no tenía actualizada la cantidad. Son ciento siete en total, con ésta ciento ocho. No está nada mal y creo que lo más curioso que he encontrado es que el Tutorial de elaboración de mermeladas en panificadora es nada más y nada menos, el que cuenta con más visitas, casi cuarenta mil. Son muchísimas ¿verdad? Os los enlazo al final.
También me ha parecido importante, revisar si había publicado mermeladas en las que el mango fuera protagonista absoluto, no lo recordaba para nada y de hecho, sí que hay una y justamente, también es picante y recuerdo que la preparé para llevarla a un encuentro de blogueros en Madrid y regalarla; en otras recetas el mango acompaña a otras frutas. Os recuerdo de la más antigua a la última:
* Confitura de piña y mango y otra Mermelada de melocotón y mango pero diferente.
* La Mermelada de manzana y mango al Amaretto es también una delicia.
La diferencia de esta receta con otras preparadas en el microondas es que reduje al máximo la cantidad de azúcar de abedul y os preguntaréis el porqué. En primer lugar, debo añadir que los mangos están muy dulces y en segundo lugar, comentar que estoy evitando abusar de edulcorantes porque no me sientan tan bien como antes. No fue un error, todo lo contrario, la confitura queda espesa, para mí, en su punto justo de dulzor y la única cosa que puedo agregar es, que al no quedar mucha cantidad, una vez cocida y estar tan buena, la consumes rápido y no es necesario conservarla mucho tiempo, vamos, que no se os va a estropear. En el caso de agregar más azúcar o edulcorante, se podrá mantener en la nevera más tiempo.
No es la primera mermelada picantona que hago, me encanta que se aprecie la pimienta o la cayena pero en su punto justo, de esta forma, se puede acompañar con cualquier cosa salada. Ésta pica muy poquito, lo justo para notarlo y que el mango brille por completo. Y cuando digo brillar, no me refiero al brillo de la propia confitura, sino al sabor de la fruta. Hace tiempo, alguien que conocía decía que las mermeladas sin azúcar no brillaban como las que sí que lo llevan y creo que he demostrado ya muchas veces, que incluso sin azúcar y con muy poco edulcorante, brillan y mucho. El color es precioso.
Me salió un bote normal y otro pequeño. Me queda muy poquita, la repetiré con toda seguridad. Con yogur, con queso, con aves o sola sobre el pan tostado, se disfruta y como corté los trozos grandes, tras la cocción y al consumirla, en cada bocado se disfrutan con mucho gusto. El día de las fotos, la tostada con aguacate, el huevo duro, las nueces y la mermelada, fueron mi desayuno. Me parece recordar que también me tomé un yogur.
Si no usas el microondas, la puedes hacer en la TMX o de forma tradicional. No te voy a explicar cómo, porque como lleva tan poco azúcar de abedul, no puedo indicar tiempos si usas el robot y de forma tradicional, cuece hasta que espese y brille. Y al ser el microondas el culpable del resultado, no puede ser de otra forma, esta rica confitura, se va directa a acompañar al resto de recetas de este mes de nuestro proyecto En buena Onda. Si queréis saber qué otras se publicaron hasta ahora, pinchad aquí.
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Pinchad en el siguiente enlace que os dirige a los recopilatorios de cada mes para que podáis acceder fácilmente a todas las recetas presentadas en 1 +/-100, desperdicio 0 y En buena onda desde su inicio. Y si queréis saber en qué consisten los proyectos, pinchad en los enlaces o en los logos. Os invito a participar.
- 700 g de mango
- 150 g de azúcar de abedul o azúcar
- zumo de dos limas pequeñas
- ½ o 1 cucharadita de pimienta de colores
- 1 cucharadita de agar-agar
* Bol de vidrio para mezclas
* Espátula de silicona
* 2 tarros de cristal
* Embudo para mermelada
Antes de empezar…
- Pelar el mango y trocearlo en
trozos grandecitos. Exprimir el zumo de las limas.
- Esterilizar los botes y las tapas. Lo hice en la freidora de aire programando, 15 minutos a 110º.
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Preparación en el microondas
- Colocar los trozos de mango en el bol. Tapar con una tapa apta para microondas o con film transparente al que habremos hecho algunos agujeros. Programar, 5 minutos, 800 W. Remover con la espátula, tapar y volver a programar 5 minutos más a la misma potencia.
- Añadir el azúcar de abedul o azúcar, el zumo de lima y la pimienta. Tapar y programar, 10 minutos a 800 W. Volver a remover y agregar el agar-agar. Programar de nuevo, 5 minutos a 800 W. La confitura tiene que quedar brillante y un poco espesa. Espesará más cuando enfríe. Así y todo, el tiempo dependerá de la potencia de cada microondas y de si usas azúcar o edulcorante, también de si añades agar-agar o no.
- Verter en los tarros, tapar y dejarlos boca abajo sobre un paño de cocina.
Notas:
- En la mía, los trozos de fruta tras la cocción aún son grandes y queda muy espesa para llevar tan poco edulcorante. Si no os gusta así, podéis no agregar agar-agar o reducir el tiempo de cocción.
- Solamente me quedó una foto. El día estaba muy nublado y he tenido que descartar muchas debido a la falta de luz.
- Mi amiga y compañera bloguera, Isabel que es una gran cocinera, nos da un consejo que quiero agregar en esta entrada, hacer lotes pequeños para que la mermelada se cocine antes y tenga mucho más sabor a fruta. Pinchad y veréis su rica Mermelada de fresas y vino dulce, son fresas de su propia cosecha. Tiene que ser una maravilla.
Bon profit!
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Sé bienvenido a mi cocina. Me alegra compartir contigo mis recetas y deseo que te gusten.
Espero que no tardes en volver.
Saludos. Marisa