Tortilla de coco con higos chumbos

Tengo una cualidad que no siempre aflora y es que creo algo rápido y bastante original tras un flash mental que a veces es incluso visual. En ocasiones, debido a mi afán por aprovechar todo lo aprovechable, ambos van unidos. Pero si se da el caso de que soy consciente de que ya toca cocinar una tortilla para mi amiga y socia Concha, De buena mesa, la cosa se complica. Me encanta sorprenderla y eso no es sencillo ya que en su delicado y selecto Club de la tortilla perfecta ya hay un sinfín de tortillas perfectas. La que hoy comparto y dedico a Concha, estoy segura de que la va a sorprender y mucho. Ella dice que le “quita el sentío” como buena sevillana que es y yo como valenciana le diría “Che, què bona! De categoría!”

Ya compartí con ella la Tortilla de claras merengadas con perejil, una preparación salada que no tenía nada que ver con ésta dulce (aunque poco) y está cocinada al vapor. Creo que lo original de la tortilla es que queda blanca, tanto, que no parece una tortilla. También que la acompañe con los higos chumbos que para mí no son nada raro, pero tengo amigos que no sabían de lo que les hablaba. Podría haber ido más allá ideando un acompañamiento con los higos más trabajado, pero no va con mis ánimos estivales. De todas, formas, deciros que la fruta fresca le va de maravilla al coco. Aún no tengo ganas de complicarme mucho en cocina, que todavía el calor durante el día es un poco pesado. Creo que el chocolate sería un buen acompañante pero os dejo a vosotros que penséis cómo lo utilizaríais.

Al estar cocinada al vapor, no queda seca, sabe a coco y es éste el que aporta la textura y consistencia, pero al cortarla hay que ir con cuidado para que no se rompa. La forma es irregular por eso la corté en rectángulos. Al haber utilizado claras pasteurizadas, el merengue no quedó tan montado como me hubiera gustado. Seguro que el resultado es mejor con las claras frescas. Así y todo, como no os he comentado que quería aprovechar un bote de claras olvidado, un resto de coco que llevaba tiempo esperando en el armario y los higos chumbos que ya estaban demasiado maduros, ahora entenderéis que la receta es una candidata perfecta para que esté en mi proyecto 1 +/-100, desperdicio 0 de este mes de septiembre. Así Concha y yo seguimos nuestra sociedad porque cuando se trata de tortillas, aprovechamos al límite todo lo que tenemos en nuestra cocina.

Es la primera receta en la que uso higos chumbos y no es porque no me gusten, me rechiflan, pero no es fácil que los encuentre. En la anterior entrada, me puse en riesgo bajo la tormenta al ir a coger moras, pero creo que ponerme a buscar chumberas, sería ya plantearme retos un poco inasumibles. Por suerte, mi vecina me regaló unos pocos porque tienen una chumbera en sus campos aquí cerca. No soy capaz de pedirle más porque nunca me cobra nada.

Los higos chumbos, si te gustan, son de lo más sanos. Os dejo un enlace en el que os podéis informar porque sino, la entrada ya se hace demasiado larga. Estoy publicando dulce sin azúcar muy seguido, no creo que os importe.

Espero que os guste mi tortilla blanca que con todo gusto comparto. Concha, ya me contarás... Me lo he currado, ja, ja.

Pinchad en el siguiente enlace que os dirige a los recopilatorios de cada mes para que podáis acceder fácilmente a todas las recetas presentadas en 1 +/-100, desperdicio 0 y En buena onda desde su inicio. Y si queréis saber en qué consisten los proyectos, pinchad en los enlaces o en los logos. Os invito a participar.

Ingredientes

- 240 g de claras de huevo pasteurizadas

- 20 g de azúcar de abedul o de azúcar 

- 60 g de coco desecado 

- 300 gramos de agua

- higos chumbos u otro tipo de fruta

*una hoja de papel sulfurizado

Antes de empezar…

- Si vamos a utilizar huevos frescos, sacarlos de la nevera y separar las claras de las yemas. No lo aconsejo porque es mucha cantidad y es mejor utilizar claras pasteurizadas.

- Limpiar los higos chumbos de espinas y pelarlos. Explico en notas cómo los hago. Cortarlos en rodajas.

- Mojar la hoja de papel de horno, escurrirlo bien y tapizar la bandeja del varoma (no el recipiente). Dejar un pequeño espacio teniendo cuidado de no tapar ninguna abertura. Reservar.

Preparación en TMX

- Insertar la mariposa en las cuchillas. Agregar las claras a las que agregaremos una pizca de sal o unas gotas de limón. Programar, 2 minutos, 30 segundos, 37°C, velocidad 3 y ½. Retirar el cubilete y volver a programar, 30 segundos, velocidad 3 y ½. Mientras se van montando la, ir añadiendo el azúcar de abedul o azúcar por el bocal. Cuando termine, bajar los restos de las paredes del vaso con espátula.

- Añadir el coco rallado y programar, 5 segundos, velocidad 3 y ½. Retirar la mariposa. Bajar los restos con espátula y mezclar con movimientos envolventes. Transferir a la bandeja varoma ya forrada con el papel y extender con cuidado con una cuchara. Lavar bien el vaso.

- Poner en el vaso el agua, colocar el varoma sobre la tapa y programar, 15 minutos, varoma, velocidad cuchara. Retirar con cuidado el varoma, colocarlo sobre su tapa y dejar que se enfríe la tortilla.

Preparación tradicional

- Agregar a las claras una pizca de sal o unas gotas de limón. Montarlas con la ayuda de un batidor manual o eléctrico. Ir agregando poco a poco el azúcar de abedul o azúcar.

- Añadir el coco rallado y mezclar con movimientos envolventes. Transferir al recipiente de una vaporera ya forrado con el papel y extender con cuidado con una cuchara. Si el recipiente es màs pequeño que el de la TMX, la tortilla quedará más gruesa.

- Poner en la vaporera el agua y cocinar hasta que al pincharla esté cuajada. No puedo indicar el tiempo porque no he probado. Dejar que se enfríe la tortilla antes de cortarla.

Emplatado de la tortilla

- Cuando esté fría, despegar con cuidado el papel de hornear por los bordes de la tortilla. También se puede voltear, pero es más fácil que se rompa. Cortar porciones y despegarlas con la ayuda de un cuchillo romo o una espátula fina.

- Adornar con los higos chumbos cortados. También se pueden triturar y verter jugo por encima. Yo no lo hice.

Notas:

- Se puede también espolvorear más coco por encima. Es mejor comerla en el día porque se ablanda y se pone un poco fea, pero sigue rica igualmente.

- Si tienes la suerte de encontrar los higos en el mercado ya pelados, no tendrás ningún problema con las espinas que los cubren y son finísimas. Se clavan fácilmente, son difíciles de quitar siendo bastante molestas. Pero si como a mí, te los regalan o los coges tú de la chumbera, deberás pelarlos tras esa hazaña. Lo que yo hago:

* Cojo un higo con unas pinzas de cocina, lo lavo bajo el grifo porque con la fuerza del agua se puede desprender más de una, también se pueden dejar a remojo. Después, sin soltar el higo de las pinzas, corto a lo largo los extremos con cuidado porque en uno de ellos, hay muchas. Estaría bien utilizar unos guantes pero no tengo unos adecuados.

- En ese momento, dejo las pinzas y lo agarro con dos dedos de los bordes ya cortados que ya no tienen espinas. Lo dejo en un plato, pincho con un tenedor y con la ayuda de un cuchillo, hago un corte a lo largo para que facilite ir pelándolo siempre teniendo el higo sujeto con el tenedor.

- En el caso de que se clave alguna espina es útil frotar la piel con aceite de oliva para que salga más fácilmente.

Bon profit!