Thermofan

Blog culinario de recetas sanas y bajas en azúcar.

Mousse de moras silvestres




Me pasan unas cosas… Pueden ser divertidas o fruto de la casualidad. Desde que recuerdo, he sido una amante de coger moras para comerlas maduras directamente de la zarza, para hacer helado o mermelada. Siempre tenía unos zarzales cerca cuando pasábamos los veranos en la casa de campo que teníamos. Me pinchaba las piernas más de una vez o se me enganchaba la ropa, pero me daba igual.

Desde que vivo aquí, aunque hay zarzales, siempre me encuentro con moras  diminutas y secas, lo que supone un disgusto. Hace unos quince días, dando un paseo, descubrí por sorpresa un campo abandonado en el que había zarzales dominando una gran parte de terreno. El problema fue que no llevaba nada para guardar las moras tras comprobar que aunque muchas eran muy pequeñas, había otras jugosas. Pasó la semana que fue la que nos regaló unos días de calor sofocante. Debido a obligaciones, no pude volver al campo y fue el sábado, no este pasado, sino el anterior, el día en el que me acerqué. Por desgracia, el calor había afectado a las moras, secándolas en exceso y al coger una y comerla, la textura no tenía nada que ver con la de siempre, era chiclosa. Así y todo, me traje unas cuantas, las suficientes para quitarme esas ganas que llevaban tanto tiempo en espera.

Los zarzales matan lo que encuentran si nadie lo remedia. He visto desaparecer dos higueras maravillosas facilitadoras de veraniegos atracones de higos. Desaparición permitida por no valorar ese fruto maravilloso y dejar que esos zarzales fueran creciendo a lo ancho, largo y alto. Ese tarde de sábado el descubrimiento fue que bajo uno de esos zarzales no hacía mucho, existía una morera, ese árbol que también nos da moras, más alargadas y que igualmente pasan del rojo al negro cuando maduran. Todavía se defendía del ataque y sobresalían junto a las moras del zarzal, las otras, las del árbol. Una pena también porque podrían haber convivido sin que una devorara al otro. Es lo que tiene el abandono de los campos en zona de playa esperando que algún promotor, ofrezca una ingente cantidad de dinero para construir un edificio de apartamentos o un hotel.

La recolección no fue tranquila porque tuve que correr ya que al llegar amenazaba tormenta y como lo que importaba era traerme moras a casa, me arriesgué. Terminó el paseo recolector con la lluvia intensa mojándome y con las moras resguardadas en el recipiente que con dicho fin me llevé. Valió la pena el refresco que supuso mojarme entera.

Como no tenía mucha cantidad, preferí no hacer mermelada y lo más sencillo fue dejar unas cuantas para comerlas frescas y con el resto, preparar esta mousse. Como había unas pocas cogidas de la morera, están ambas incluidas.

Es una mousse densa, no demasiado dulce y que se conserva perfectamente unos días en la nevera. Menos mal porque en casa, sólo me como las moras yo.

No he tardado en publicarla aunque lo más seguro es que ya no sea fácil conseguir moras, no sé si quedarán muchas o a lo mejor alguna ha resurgido tras el chaparrón. Así y todo, podéis hacerla con otro tipo de fruta sin problema.

Se me olvidaba, justo con esas moras rojas de morera, preparé al poco de “soltarnos del confinamiento” este Pastel de mora roja y manzana. Por desgracia, el año pasado los jardineros del ayuntamiento talaron el árbol que tenía muy cerca de casa y que no molestaba a nadie, ni manchaba siquiera la acera. Este año, se ha vengado y han salido brotes del tocón que dejaron pero es tan pequeño que era imposible que diera frutos. Imagino que volverán a hacerlo desparecer. Por todo ello, mi gozo en un pozo, la pasada primavera tampoco pude coger ni una sola mora de morera

Espero que os guste esta mousse tan sencilla y rápida.




Ingredientes

- 325 g de moras
- 50 g de azúcar de abedul o de azúcar
- 1 clara de huevo

Antes de empezar…

- Lavar las moras y quitarles el pedúnculo. Reservar algunas para decorar.

Preparación en TMX

- Colocar en el vaso las moras, el azúcar de abedul o el azúcar y programar, 5 segundos, velocidad 6. Bajar los restos con la espátula. Se puede repetir la operación si no se desea notar tanto los granitos de la mora.

- Añadir la clara de huevo e introducir la mariposa. Programar, 5 minutos, velocidad 3 y ½. Retirar la mariposa y verter la mousse en los recipientes donde la vayamos a servir. Decorar con las moras restantes y servir. Se puede refrigerar antes de servir.




Preparación tradicional

- Colocar en el vaso de un robot o batidora las moras, el azúcar de abedul o el azúcar y triturar bien. Se puede repetir la operación si no se desea notar tanto los granitos de la mora. Reservar.

- Montar la clara de huevo a punto de nieve y mezclarla con el batido de moras con movimientos envolventes. Decorar con las moras restantes y servir. Se puede refrigerar antes de servir.

Notas:

- Este postre se puede hacer también con fresas, frambuesas o ambas combinadas. También se puede congelar y tomar como helado.

Bon profit!

Comentarios

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  1. Hola Marisa. Ahora que estamos aún en verano, nada mejor que un recuerdo de infancia para ilustrar una estupenda historia que tiene como final una sencilla y rica mousse. En mi niñez también había moras, pero eran de una morera que había en el huerto, lo que más recuerdo de ellas era lo oscuros que se ponían los dedos y la lengua al comerlas. Tu postre es veraniego total, vistoso y fresco, escaso para dejarte con ganas de más. Así son las cosas buenas de la vida.
    Un beso.

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  2. Hola Marisa!. Una mousse (como bien dices) sencilla pero que no tengo ninguna duda que deliciosa al paladar y en helado tampoco quedara nada mal.
    Dé nuevo me traes buenos recuerdos de mi infancia, tendré moras comidas. Pasaba los veranos en el pueblo de mi padre y en la trasera de la casa había una acequia con un sendero que abajo estaba el rio y en dicho sendero estaba plagado de zarzales, me ponía las botas, ahora hace un montón de años que no las he probado.
    Verdad es que en cuanto algo de campo se abandona lo invaden todo.
    Me encanta leer tus recuerdos porque muchas veces me llevas a los míos. De tu pueblo natal al de mi padre distan muy pocos km.
    Cuídate mucho.
    Un fuerte abrazo querida amiga.

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  3. Buenos días Marisa, imagino tu aventura y sonrío recordando alguna que otra historia de mi infancia, por aquí también había zarzales por todos lados, que desaparecieron con el boom inmobiliario, moreras también hay, pero tan altas que es imposible recoger moras. Precisamente justo frente a mi casa, tan solo cruzar la calle, y a un par de metros de mi puerta, hay una morera, de la que nunca he comido moras, porque, entre las personas que destrozan las ramas arrancando hojas en Primavera, imagino que para alimentar gusanos, que de seda darán poca, y que los perros utilizan el jardín para hacer sus cosas, pues como que no es muy recomendable comerlas, así que cuando quiero moras, las compro, que aquí las hay todo el año, evidentemente no tienen el mismo sabor, doy fe porque de pequeña las devoraba, pero es lo que me queda si deseo disfrutar un postre tan rico y sencillo como el tuyo.
    Besos y feliz semana.

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  4. Buenos días, Marisa: He alucinado con tu aventura, mucho te deben gustar las moras para arriesgarte a quedar calada. A mí, también me gustan o, mejor dicho, me gustaban. Y me explico, hace unos pocos años, estando en el pueblo de mi marido salimos a dar un paseo por los alrededores y llegamos a un camino con un lado cuajadito de zarzales con moras y otros que tenían unos frutos del bosque cuyo nombre desconozco. Me puse tibia de moras y de los frutos desconocidos. A las pocas horas, me retorcía de dolor y estuve fatal ese día y al siguiente, así que nunca más, jajaja.
    Tu mousse debe estar riquísima y le has dado una presentación preciosa. Me alegro de que la disfrutaras. Besos.

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  5. Este postre lo veo sumamente rico y sabroso. Delicioso.

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  6. Hola Marisa. Cuando era pequeña también íbamos un día al campo a coger moras (por cierto que no me acuerdo dónde, vaya cabeza) y hacíamos cierto aquello de que "la mancha de mora con una verde se quita" (aunque el dicho no signifique literalmente eso) pues recoger moras es de lo más sucio que hay, ya que manchan muchísimo pero merecen la pena la suciedad y los arañazos, que también nos llevábamos a casa junto con la fruta, tan ricas estaban. Y digo estaban porque con tantos años de sequías los zarzales apenas dan frutos y hace muchísimo tiempo que no las como.
    Tuviste suerte en encontrar moras, seguro que estaban deliciosas, tanto solas como hechas mousse, que por cierto, tiene un color espectacular. Por postres tan ricos merece la pena empaparse con la lluvia.
    Un beso.

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Sé bienvenido a mi cocina. Me alegra compartir contigo mis recetas y deseo que te gusten.
Espero que no tardes en volver.
Saludos. Marisa


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