Crema de membrillo, calabaza y boniato asados

Empezamos un nuevo año, nunca antes el mundo entero había estado deseando con tanta fuerza que sea mejor que el que acaba de terminar.

“Es innegable que la vida nos ha cambiado, y lo ha hecho debido a una pandemia global provocada por un coronavirus que genera una enfermedad llamada COVID-19. A esta emergencia de salud pública, en la que los sanitarios han ocupado un lugar imprescindible, se ha sumado una infodemia, un exceso de información, en ocasiones veraz y en otras muchas no. Y ha sucedido así hasta el punto de que no han sido pocas las voces que se han alzado ante una supuesta conspiranoia, que también se ha extendido a otros temas, como, por ejemplo, las elecciones de Estados Unidos. Ha puesto a prueba nuestra resiliencia, y el mundo observa con atención el efecto de las vacunas que los científicos han desarrollado para luchar contra el virus. 

Han sido y son muchas las empresas que han apostado por el teletrabajo y los ciudadanos, generación Z o no, han abrazado con alegría la diversión que, pese a todo, también ha encontrado su hueco, unos momentos distendidos que pueden proporcionar los tiktoks y otros pasatiempos en las distintas aplicaciones y redes sociales. Hemos visto, escuchado y leído una noticia tras otra sobre los efectos de la enfermedad, informaciones que durante unos meses compartieron espacio con la estatuafobia, un término que significa ‘aversión o rechazo a las estatuas’ y que se ha empleado en las coberturas informativas en referencia a la destrucción y derribo de esculturas dentro de algunas protestas contra la discriminación racial. 

Son muchas, pues, las palabras que podrían definir 2020, pero hay una que nos ha afectado a todos por igual: CONFINAMIENTO” […] Es un hecho que decimos adiós a este año marcados por el confinamiento. Esperemos que la palabra que defina 2021, y en clave positiva, sea vacuna”. 

No soy yo la que ha escrito el inicio de la entrada, he preferido copiar y pegar el texto en el que la Fundación del Español Urgente (FundéuRAE) explica el porqué de la elección de la palabra del año. Por mucho que yo que lo hubiera intentado, no hubiera podido escribir algo similar debido a las emociones. Soy una enamorada de las palabras en cualquier lengua y por eso, esta entrada, la primera de 2021, va a estar repleta de palabras. Sobre todo, palabras de felicitación y alegría. 

La cifra 20-20 era preciosa. Vamos a mirar a la nueva desde ya mismo como esperanzadora. El uno con el que finaliza es un +1 que puede y debe significar lo importante que es ser positivos, sumar siempre. Os la pongo en una caja de regalo para que de verdad este año nuevo sea nuestro regalo más preciado.

Administrar Thermofan es una aventura maravillosa. Quiero desearte Feliz Año Nuevo en los idiomas de la gente de los países que me visitan. Son muchos. Una mayoría estáis en España, muchos otros en Estados Unidos, en Latino América, países europeos, Turquía, Japón, China, Thailandia, Rusia, Indonesia, Malasia, Etiopía… pero también provenís de los sitios más inesperados que constan como “zona desconocida”. 

Un nuevo año marca el principio de una nueva página. También para mí y para mi blog. Sin ti no hubiera sido lo mismo. Te deseo lo mejor en este 20-21 que se inicia y que cada instante sea un motivo para hacerte sonreír.

Como también día 1 significa iniciar un nuevo mes en mi proyecto 1 +/-100, desperdicio 0, aquí estoy con una nueva receta. Una crema de membrillo, boniato rojo y calabaza asados. La novedad es el membrillo asado. Os explico. 

Aunque hay muchas recetas con membrillo, como me encanta, siempre quiero preparar más. Es raro que llegue el otoño, los vea y no compre. Este año debido a mi esguince, no había podido ir al mercado y en cuanto fui, los vi y se vinieron a casa. El problema fue que estaban muy maduros y temí que se estropearan. El vendedor me dijo que había sido un mal año. Pasó una semana y vi que, aunque estaban hermosos, uno tenía un trozo un poco picado. Me venía mal ponerme a trocear, quitar corazón, semillas y como tenía el horno encendido, cogí un buen cuchillo y sin pensarlo mucho más, los fui troceando, sin quitar nada de nada y los puse en la bandeja del horno. Tan fácil como eso, sin quitar partes duras, nada. Una vez asado aprovechas absolutamente todo porque ha quedado blando y prácticamente todo es utilizable, especialmente si tienes en casa una TMX o un robot que triture de maravilla. Con ese procedimiento, gané días y ganas, porque al enfriarse los puse en un recipiente con tapa y los dejé en la nevera. Iba a experimentar de nuevo teniendo la seguridad de que al utilizar esta fruta asada, el sabor sería más potente. Repetiré seguro al año que viene porque es de lo más sencillo y útil.

Me quedaba en la nevera calabaza asada y medio boniato rojo. Una oportunidad perfecta para mezclar todas las frutas ya asadas y al mismo tiempo, aprovecharlas. La calabaza y el boniato aportan color y el membrillo la mayor parte del sabor. Delicioso y bien fácil. 

Si no tienes nada asado, prepara la bandeja, pon un poco de todo y ya puedes empezar. La cantidad puede variar según lo que tengas. No está muy dulce, pero si te gusta más dulzón puedes aumentar la cantidad de edulcorante o de azúcar. Para mí está perfecto así. 

Pinchad en este enlace, que os dirigirá al mes de diciembre si queréis ver las aportaciones del último mes. Muchas gracias a todos. Seguís invitados a aprovechar y a reciclar, a no desperdiciar nada. Sed bienvenidos.

Pinchad en el siguiente enlace que os dirige a los recopilatorios de cada mes para que podáis acceder fácilmente a todas las recetas presentadas en 1 +/-100, desperdicio 0 y En buena onda desde su inicio. Y si queréis saber en qué consisten los proyectos, pinchad en los enlaces o en los logos. Os invito a participar.

Ingredientes 

- 250 g de membrillo asado 

- 195 g de calabaza asada 

- 140 g de boniato rojo asado 

- 150 g de manzana Granny Smith 

- 30 g de limón sin piel, parte blanca ni semillas

- 370 g de azúcar de abedul o azúcar 

Antes de empezar… 

- Si no se tienen las frutas asadas, asarlas en el horno. Para ello, cortar el membrillo en trozos no muy gruesos, partir la calabaza por la mitad y cortar triángulos y el boniato en rodajas. No es necesario quitar la piel, ni las semillas. Distribuir todo en la bandeja del horno cubierta con papel sulfurizado.

- Pelar el limón, quitar las semillas y cortarlo en trozos. 

- Pelar la manzana, quitarle el corazón y cortarla en trozos. 

Preparación en TMX 

- Poner todos los ingredientes en el vaso, remover con la espátula y dejar en reposo varias horas. Lo tuve toda la noche. 

- Programar 40 minutos, 100º, velocidad 1. Si se usa la TMX 6, poner la rejilla anti salpidaduras, si es otro modelo, el cestillo sobre la tapa. 

- Pasado el tiempo, dejar que se enfríe un poco y triturar programando 1 minuto, velocidad 8 o el mismo tiempo en modo triturar en la TMX 6. 

- Verter en un molde o en tarrinas con tapa.

Preparación tradicional 

- Poner todos los ingredientes en una cazuela grande, remover con una espátula, tapar y dejar en reposo varias horas. Lo tuve toda la noche. 

- Pasado el tiempo, cocer unos 40 minutos a fuego lento. Hay que ir removiendo con una cuchara de madera y tener cuidado con las salpicaduras. 

- Triturar hasta obtener una crema muy fina. 

-  Verter en un molde o en tarrinas con tapa.

Notas: 

- Lo hice en el TMX 6. Al tener mayor capacidad el vaso, si lo preparáis con la 31, controlad la cantidad de ingredientes y reducidlos si es necesario para evitar accidentes. 

- Si queréis preparar en lugar de la crema un dulce cuajado, añadir 4 cucharaditas de agar-agar disuelto en un poco de agua. Verter en moldes y dejar que endurezca.

Bon profit!

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