No es la primera vez que comento por aquí la dificultad que tienen algunas personas muy cercanas a mí para comer pescado por culpa de una mala experiencia infantil con las espinas. Por muy mayor que seas, si te ocurre esto, lo más normal es no disfrutar de ese pescado, por muy fresco que sea. La imagen es la siguiente: Tenedor y cuchillo en mano separando trocitos y llevando a la boca minúsculas porciones de pescado, pero con un alto porcentaje de encontrar una o varias espinas por mucho cuidado que hayamos puesto en quitarlas con esmero.
También comenté que mi congelador se quedó abierto y el desastre obligo a utilizar rápidamente el contenido del mismo. Hoy os traigo creo el último aprovechamiento que ha surgido de ese desaguisado.
Es una crema que quiero publicar antes de que haga más calor, aunque creo que la podríamos servir también templada. La patata le aporta textura y cremosidad y la merluza fresca congelada en su momento por mí, el sabor que la hace diferente.
En casa nos ha encantado y no esperaré a tener que aprovechar nada para repetirla, eso sí, en ese caso no utilizaré rodajas de merluza, será más sencillo tenerla cortada en filetes, pero si en vez de fresca, la compro congelada, intentaré que me la venda el pescadero. La diferencia se nota bastante.
Espero que os guste. Es ideal para los niños y las personas mayores, pero como he comentado antes, muy del gusto de los que temen a las espinas.
Como es una receta de aprovechamiento, se va a encontrar su sitio junto al resto de aportaciones de mi proyecto 1 +/- 100, desperdicio 0 de este mes de abril. Aquí tenéis todas las publicadas hasta ahora y en este enlace las del mes de marzo en el que hemos batido todos los récords. Mil gracias.
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Pinchad en el siguiente enlace que os dirige a los recopilatorios de cada mes para que podáis acceder fácilmente a todas las recetas presentadas en 1 +/-100, desperdicio 0 y En buena onda desde su inicio. Y si queréis saber en qué consisten los proyectos, pinchad en los enlaces o en los logos. Os invito a participar.
Ingredientes
- 600 g de agua
- 250 g de cebolla dulce
- 180 g de zanahoria
- 300 g de patatas
- 400 g de rodajas de merluza
- 20 g de aceite de oliva virgen extra reserva de la familia CasaAlbert
- 1 cucharadita de sal
- media cucharadita de cúrcuma
- semillas variadas y aceite de oliva
Antes de empezar…
- Si la merluza es congelada, sacarla con antelación del congelador Antes de que se descongele del todo, quitar la piel y después la espina central y la mayor parte de las espinas. Es importante que no esté descongelada del todo para quitar bien la piel estirando con un paño de cocina. En el caso de que nuestro pescado no esté cortado en rodajas o no tenga piel, ni espinas, nos saltaremos este paso.
- Pelar la patata y chascarla en trozos no muy grandes. Pelar la cebolla y cortarla en cuartos. Después pelar la zanahoria y cortarla en rodajas finas.
Preparación en TMX
- Verter en el vaso el agua, la cebolla y la zanahoria. Programar 15 minutos, 100°C, velocidad cuchara, giro a la izquierda.
- Añadir las patatas, la cúrcuma y la sal. Programar 15 minutos, 100°C, velocidad cuchara, giro a la izquierda.
- Agregar la merluza y el aceite y programar 2 minutos, varoma, velocidad cuchara, giro a la izquierda. Dejar que se enfríe un poco y sacar la merluza con cuidado para comprobar que no queda ninguna espina grande.
- Volver a incorporar el pescado al vaso y triturar varias veces a velocidad 8.
- Servir caliente o templada. Distribuir por encima semillas variadas y rociar aceite de oliva.
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Preparación tradicional
- Verter en una cacerola el agua y añadir la cebolla, la zanahoria, las patatas, la cúrcuma y la sal. Cocer hasta que estén hechas.
- Agregar la merluza y el aceite y cocer durante 2 minutos más. Dejar que se enfríe un poco y sacar la merluza con cuidado para comprobar que no queda ninguna espina grande.
- Volver a incorporar el pescado a la cazuela y triturar con una batidora o en el vaso de un robot hasta obtener la textura de crema.
- Servir caliente o templada. Distribuir por encima semillas variadas y rociar aceite de oliva.
Notas:
- Como he indicado más arriba, es aconsejable para evitar tener que encontrar piel y espinas, comprar lomos de merluza congelada en trozos medianos. Aconsejo que sea de buena calidad para poder disfrutar del sabor.
Adaptación de una receta de Vorwerk.
Bon profit!
Mmm pero que rica crema Marisa! Me encanta esa combinacion y tambien creo que se puede servir templada en tiempos de calor! Y me ha hecho algo de gracia tu relato sobre las espinas, me senti completamente identificada. De niña, si de casualidad me tocaba una espina me echaba a perder el momento de la comida, ya no era capaz de comerme el pescado y en consecuencia asi como tu cuentas, separaba cada trocito con el tenedor buscando a ver si quedaba alguna otra, que terror, jajaja! Menos mal que mi hija no salio como yo, ella se lo come como si fuera un gatito y si le llegan a salir, la hace a un lado y sigue comiendo como si nada, porque le encanta el pescado.
ResponderEliminarBesos
Hola Marisa: Y no sólo para personas mayores. Ya me hubiera gustado conocer esta espectacular crema cuando mi hija era pequeña. La de disgustos que me habría ahorrado jajaja. Muy buena receta de aprovechamiento. Bss
ResponderEliminarHola Marisa. Has conseguido aprovechar muy bien la merluza y has preparado una crema muy rica, que se me antoja que templada tiene que resultar muy buena, así se puede disfrutar todo el año. En casa nunca hemos tenido problemas con las espinas pues a todos nos gusta mucho el pescado, pero entiendo lo que dices.
ResponderEliminarUn beso.
¡¡Hola Marisa!! En mi casa siempre hemos comido mucho pescado y mi madre no solía poner nunca filetes de pescado ya limpios, era de meter el pescado entero al horno y ya cada uno se apañaba con su pescado. Y al acostumbrarme a quitar mis propias espinas, ya no me ha parado nunca el que llevara más o menos espinas. Acostumbrar a mi marido a ello, me ha costado más, la verdad. Nunca pido en la pescadería que me lo arreglen, salvo si lo tienen que escamar, pues es lo que más me cuesta y quitado el salmón, que lo compro a mitades grandes, y me lo corto en filetes y le quito las espinas, al resto, nada de nada. La primera vez que le puse Gallo a mi marido (que es un pescado que me encanta), me dijo que ese pescado tenía demasiadas espinas, pero le encantó el sabor y para que vuelva a comprar, ya ni rechista por las espinas, ja, ja. Creo que todo es acostumbrarse, pero es cierto que con niños, hay que tener mucho cuidado con las espinas y no se les puede dar así de cualquier manera y en cremas, es una forma estupenda de que se acostumbren a su rico sabor y sin problemas de espinas.
ResponderEliminarMe encanta la crema de merluza, aunque yo la hago distinta, no le pongo nunca cebolla a las cremas, puerro en todo caso, pero sin cebolla, pero eso ya va en gustos, como todo. Me encanta el colorcito que le aporta la zanahoria y tiene que estar realmente rica. Besitos.