Thermofan

Blog culinario de recetas sanas y bajas en azúcar.

Tarta flor versus tortilla "swavory"





A veces las cosas ocurren de pura casualidad y esta receta es una muestra. Llevo algún tiempo queriendo hacer una tarta flor y de hecho, había comprado ya dos paquetes de pasta filo, queso y unas peras, pero pasaron los días y nada.

Las peras maduraron un poco demasiado, el olor del queso, traspasaba el recipiente en el que lo tenía guardado y a su lado, en otro igual, podían empezar a languidecer los trozos de lacón ahumado que quedaban por consumir. Decidí que debía hacer la tarta corriendo y como llovía y no apetecía salir, me puse a ello. No sabía qué tal me quedaría porque todo lo puse “a ojo” y la verdad, no sabría evaluarlo por mí misma, pero la sorpresa no venía por ahí. Cuando tras hacer las fotos, corté dos trozos para servirlos en la comida, mi marido me dijo sin pensarlo: “¡Qué bien! Menuda buena pinta tiene esta tortilla”. Yo me callé y dejé que la probara porque no le gustan las peras y porque es un enamorado de la tortilla de patatas y cebolla… Hablar de combinación dulce-salado, ya ni mentarlo. Igual fue porque jugaba el Madrid, vete tú a saber, aunque creo que más bien es porque la tarta flor parecía realmente una tortilla. 

Y así fue como surgió la idea de que esta tarta con pinta de tortilla iba a ir directa a formar parte de la celebración del séptimo aniversario del Club de la tortilla perfecta de mi socia Concha De buena mesa. Igual pensáis que estoy un poco loca, pero es que no es la primera vez que ella al ver una receta, se la lleva directamente al club y sabiendo cómo ha sido su aceptación en casa, no he tenido dudas. Creo que Concha tampoco va a poner pega alguna, más bien lo contrario ya que es muy complicado a estas alturas, cocinar tortillas novedosas para su club. Igual, dadas las circunstancias, podemos hablar de "trampantojo" y todo. Y tampoco voy a contradecir a mi marido, solo faltaba. Incluso cuando le dije que estaba comiendo peras, volvió a decirme que estaba muy rica. La próxima vez la solución será reducir la mezcla de leche y huevo para que realmente sea una tarta flor. Quédate con que está muy buena y lo demás da igual.

En principio, la receta iba a ser la primera de las aportaciones de mi proyecto 1 +/-100, desperdicio 0 de este mes de noviembre y de hecho, lo es porque aproveché las dos peras y el lacón y también el calor residual del horno tras asar una calabaza. Si queréis ver lo que se publicó en octubre, pinchad aquí. 

Me da la impresión de que vuelvo a sacar a pasear mi parte de lianta, que tantas veces ha surgido en retos, concursos y proyectos en este blog y que ahora, debido a nuevas modas, ya no tiene mucho sentido que aparezca. Y además, muchos de los que estáis leyendo, me podríais preguntar, a qué viene poner esa palabreja en inglés, “swavory”. Se trata de una tendencia gastronómica, un término que describe la fusión de sabores dulces y salados (de la combinación de sweet y savory en inglés). Es la combinación de dulzura con sabores salados (umami), que crea perfiles de sabor complejos e intrigantes. Y eso es lo que aprecias cuando comes esta tarta-tortilla que hoy comparto. Y volviendo a mi cabecita creativa ya me están surgiendo ideas que igual pongo en práctica o no, ya veré.

Espero que os guste, es fácil, está rica y sirve para aprovechar ingredientes que tenemos en la cocina y combinan a la perfección. Un placer estar de nuevo en el club, Concha. Deseo que te encante.

Me salgo del guión para hablar sobre otra faceta de mi hijo, su lado creativo. Sí, ya sé que he publicado aquí alguna receta que cocinó solo o conmigo. Pero ya que empezamos mes en 1 +/-100, desperdicio 0, os quería comentar que en octubre he colgado dos vídeos suyos. Tiene una cuenta en IG llamada TheCeramicsLab y en ella muestra su proceso de auto aprendizaje con la arcilla; igual trabaja manualmente con el torno, como diseña sus piezas y las imprime después en una impresora 3D para después hornearlas. Está empezando a diseñar su web y también está en TikTok y YouTube.

Como en los dos últimos vídeos, enseñaba cómo recicla los restos de otras preparaciones, los colgué en la herramienta porque el proyecto desde su inicio no fue nunca solo de recetas. De hecho, hay más de una entrada que es de otro tipo de reciclajes y desde que Elisa no publica en su blog, es más difícil. Si os apetece seguir a Carlos (sé que algunas amigas ya lo hacéis), me alegrará y a él mucho más. Gracias, anticipadas.💖







Pinchad en el siguiente enlace que os dirige a los recopilatorios de cada mes para que podáis acceder fácilmente a todas las recetas presentadas en 1 +/-100, desperdicio 0 y En buena onda desde su inicio. Y si queréis saber en qué consisten los proyectos, pinchad en los enlaces o en los logos. Os invito a participar.

Ingredientes (4 porciones)

- 1 rollo masa filo (7 hojas)
- aceite de oliva virgen extra (para pincelar las hojas de filo y el molde)
- 2 peras grandes dulces (1 pera y media)
- 2 rodajas finas de queso Brie
- sal y pimienta
- trocitos de lacón ahumado
- 2 huevos
- 280 ml de leche desnatada

* 1 molde redondo apto para horno

Antes de empezar…

- Pincelar el molde con un poco de aceite.

- Cortar las peras con un cuchillo afilado, como las mías estaban muy maduras, fue mejor pelarlas.

- Cortar el Brie y el lacón en trocitos pequeños. 

- Precalentar el horno a 200°C.





Preparación tradicional

- Abrir el rollo de masa filo y coger una hoja. Pincelar con aceite de oliva y doblarla, después ir colocando cada una en el molde formando una flor.

- Introducir el queso y el lacón alternándolos entre los pliegues de la masa filo.

- Batir los huevos con la leche, la sal y la pimienta. Verter sobre la flor cuidando de que se distribuya uniformemente.

Horneado

- Introducir el molde en el horno precalentado a 200°C y comenzar la primera cocción durante 20 minutos a 200°C. Luego, bajar la temperatura a 180°V y continúa la cocción durante unos 10 minutos más o hasta que la superficie tenga un bonito color dorado. Apagar el horno y dejar dentro del horno unos minutos más.

Notas:

- Al igual que cualquier receta con mezcla de huevos y leche, sube durante el horneado y cuando se saca, baja.

- Es importante que las peras estén dulces. Se puede elegir otro tipo de queso pero que se funda y no quede duro cuando se enfríe. El Brie o el Gorgonzola o cualquier queso blando de cabra combinan muy bien con la pera. Se podría hacer con manzana pero prefiero el sabor de la pera madura. Añadir algún fruto seco por la superficie una vez sacada del horno puede ser interesante.

- Al cabo de unas horas, la masa filo sigue estando crujiente, al día siguiente no, pero está buena si la calentamos aunque no demasiado. Adaptad la receta a vuestros comensales y al tamaño del molde.

Bon profit!

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