Los que me seguís desde hace tiempo sabéis de mi gusto por las crêpes. He contado alguna vez que las aprendí a hacer cuando con 19 años estuve viviendo en Lyon en casa de mis tíos. Mi tío era primo hermano de mi padre y emigró a Francia muy joven. Allí se casó, tuvo a sus hijos y se quedó hasta que se jubilaron. Cuando mi padre falleció, como sabía que estaba estudiando la carrera y mi especialidad era francés, me invitó a su casa. Ellos venían en agosto a Cocentaina, pueblo de donde es mi familia paterna. Me fui en su coche, toda una aventura, pero la vuelta la hice sola en autobús cargada de un montón de vivencias y un tocadiscos que fue el primero que tuve. Menudos recuerdos tengo de aquel mes de septiembre en Francia. Lo más importante es que me trataron como si fuera una hija en unos momentos muy duros de mi vida.
Mi tío además de muy buena persona, era guapísimo. Como trabajaban muchas horas y en diferentes sitios, aprovechaba los fines de semana para mostrarme la ciudad y cocinar platos que había aprendido allí. Uno de esos días hizo crêpes y a mí que me gustaba ya la cocina y todo lo francófono, me faltaron segundos para apuntarme la receta y sorprender a mi familia a la vuelta. No fue un éxito en casa y creo que nadie ha cocinado una crêpe nunca, pero yo sigo disfrutando y voy probando diferentes recetas, aunque los ingredientes de base son siempre los huevos, harina y leche.
Ahora que son mundialmente conocidas podemos encontrar muchísimas recetas, de diferentes lugares y rellenos. Compiten en cierto modo con los “pancakes” y aunque sus orígenes no tienen nada que ver, ambas preparaciones conviven a la vez con leyendas maravillosas que han atravesado el océano para convertirse en festividades. Pero de eso hablaré otro día.
Mi idea en principio era cocinar para hoy unas crêpes diferentes pero ayer las hice y no me gustó cómo me quedaron por lo que tendré que repetir. ¿Por qué tenía que publicar hoy? Pues porque cada 2 de febrero, se celebra en Francia La Chandeleur (hoy es el día de la Candelaria en España también) y es tradicional cocinar crêpes. No todos los años publico una receta, pero quiero recordaros esta tradición que ya compartí publicando una entrada muy completa hace 11 años.
Hoy me complace mostraros un recopilatorio con las diferentes recetas que hay en el blog y la que ayer no me gustó, queda en borradores hasta que consiga mejorar el resultado.
Aún estáis a tiempo de elegir una para cocinar el fin de semana o a partir de una receta base, modificarla. ¿Dulce o salada? a vuestro gusto.
Como nota divertida y para añadir otro tipo de curiosidad a esta entrada os remito a esta web en la que dieron la noticia en julio del año pasado del récord obtenido al cocinar una crêpe enorme, la más grande del mundo:
Se necesitaron 61 litros de leche, 310 huevos, 30 kilos de harina y 6 kilos de mantequilla. La crêpe medía 7 metros, 42 cm y por supuesto, dado su tamaño, no pudieron darle la vuelta. Los miembros de la asociación "Les Métais" batieron así un antiguo récord de 1989. Este récord de la crêpe más grande del mundo se estableció en Kerhinet, en Loire-Atlantique, con motivo de la fiesta local de La Madeleine. Una buena excusa para viajar a un pueblo precioso de Bretaña. Ya me gustaría a mí empezar a hacer las maletas.
1.- Crêpes à la bière. Día de la Candelaria
Esta es la primera publicación en el blog. En ella cuento los orígenes de las crêpes y de la tradición que aún hoy en día se mantiene. Os doy consejos para hacer la crêpe perfecta y os muestro los utensilios necesarios pero no imprescindibles. También tenéis una tabla con la que se puede calcular la cantidad de ingredientes, según el número de comensales.
Lo que hace diferente a esta receta es el uso de cerveza. Quedan muy esponjosas y ricas.
Ya no me acordaba de esta receta con historia divertida incluida en la que aproveché ingredientes y todo. Creo que entonces tenía muchas más ganas de complicarme la vida en la cocina. Si tienes restos pero también si no los tienes, estas crêpes están de muerte.
En esta receta el sabor a naranja predomina y es el Cointreau el que las eleva a delicia. Sin azúcar y acompañadas de una rica mermelada de mandarina.
Me doy cuenta de que cuando mi hijo vivía en casa, al poder comer de todo y en cantidad, tenía que cocinar otro tipo de recetas a las que ahora comparto. Estas crêpes son un ejemplo. Una masa con un poco de aceite de oliva y rellenas de morcilla de cebolla (de Ontinyent) y acompañadas de una deliciosa Mermelada de piña picantona, que os recomiendo.
Disfruté preparando una crêpe con harina de sarraceno por primera vez. La harina la compré en Francia y me alegra volver a leer la entrada porque me trae buenos recuerdos ese viaje. También os explico la diferencia entre crêpe y galette. Leedlo vosotros mismos que es muy interesante.
Esta receta la presenté en una campaña solidaria previa petición de los organizadores. La masa de crêpe lleva harina de castaña y la mousse de limón te encantará. Creo que los espárragos son lo de menos porque dicho lo dicho, hasta se pueden obviar. Color y sabor.
7.- Crêpes de cacao y sarraceno
Es divertido volver a leer lo que escribí hace años y aunque esta receta no es de hace mucho, se me había olvidado que entonces había por aquí una ardilla que bebía en la piscina y alguien conocido que no recuerdo quién era, la bautizó como “ardilla Marisa” por eso de la velocidad. Ahí seguimos veloces o tal vez un poco menos, pero sin visitas de la ardilla o al menos, yo no la he vuelto a ver.
Preparé por primera vez una crêpe en el plato crisp del microondas. Era de chocolate y de harina de sarraceno con un acompañamiento de compota de manzana y zanahoria. No es necesario hacerla en el micro, porque la receta es válida igualmente, pero os animo si tenéis este tipo de microondas a probarla. Aunque si pasáis a la siguiente y última receta de este recopilatorio, tenéis cómo hacerlo sin esta función crisp.
Como en la anterior receta utilicé el plato crisp del microondas, quería ver si podía cocerla en el microondas sin esa función porque así sería de más utilidad para todos los que me siguen. Lo conseguí al segundo intento y con otro tipo de harina, la espelta, pero también aproveché masa de chocolate y sarraceno de la anterior preparación. Además, en vez de leche usé bebida de soja. Unas naranjas sanguinas que en febrero se pueden encontrar en el mercado fueron su único acompañamiento. Desde entonces, 2019 no he vuelto a publicar recetas de crèpe y debido al fracaso de las de ayer, me pongo como objetivo no tardar en volver a compartir alguna novedad.
Como veis, las hay dulces y saladas. Elegid la que más os guste.
9. Mini crêpes integrales de calabaza. 9º aniversario
Celebré el 9º aniversario de Thermofan mezclando los ingredientes de las crêpes con una rica calabaza asada. Las hice mini para que quedaran bonitas y bien ricas quedaron.
Unas crêpes cocinadas en pleno confinamiento. Mejor intento no recordar esos días. Con un resto de masa madre natural, chocolate y compota de manzana, conforman un rico postre.
Como veis, las hay dulces y saladas. Elegid la que más os guste
Bon profit!
Buenas tardes, Marisa: no conocía la tradición francesa de hacer crepes el día de la Candelaria, con lo que me gustan los crepes y yo sin saberlo jajaja. Me apunto a La Chandeleur de inmediato jajaja. Besos, guapa.
ResponderEliminarNo tengo costumbre de hacer crêpes, pero la voy a tener que adquirir porque mis hijos me piden que se las haga a menudo, hasta ahora me he escaqueado, no sé porqué, ya que también me gustan. Quizás empiece por la primera de tu lista, se ven esponjosas y deliciosas. La crêpe gigante merece la pena verla, con esa cantidad tan enorme de ingredientes no sé como se las apañaron, pero ahí está. Todas se tienen merecido entretenerse con ellas.
ResponderEliminarUn beso.
Hola Marisa. Ya sabes que compartimos el gusto por las crêpes, de hecho mi primera aportación a tu proyecto 1+/-100, desperdicio 0, fue una receta de crêpes. Mi madre las lleva haciendo en casa toda la vida, es una de sus recetas estrella que es celebrada y solicitada por muchos familiares cada vez que hay una comida familiar. Interesante recopilatorio, tanto de dulces como de saladas. ¿Sabes?, aquí se asocia la crêp más con rellenos dulces que salados, pero a mí los que más me gustan son estos últimos y son los que más cocino.
ResponderEliminarFeliz día de la Candelaria o "Las Candelas" como aquí lo llaman. Un beso.
Buenas noches Marisa, yo conocía los crêpes desde chica, mi madre nos los hacía para merendar, a ella le enseñó a hacerlos una amiga francesa y siempre nos contaba con la destreza que los preparaba. Cuando estudiaba, en clases de francés hacíamos aula de cocina de vez en cuando, y ahí también los hicimos. En casa, ahora es mi marido el que tiene la sartén por el mango, jajaja..., es decir que es él quién los prepara, y mira, a pesar de ser algo que prepara con frecuencia, nunca me ha dado por publicarlos, es que ya sabes cómo es esto, son tantas cosas que algunas las vamos dejando aparcadas, y créeme, precisamente ayer, sin recordar nada de la costumbre francesa, que ya conocía, estuvimos plateando hacerlos para fotografiarlos y compartirlos, las casualidades existen, o no, pero a mí me resulta como mínimo curiosa la coincidencia.
ResponderEliminarTú desde luego tienes un buen surtido dónde elegir, a cual más apetecible.
Besos
Se me hace la boca agua viendo todas las que tienes. También fue una de mis primeras recetas. dan mucho juego. Besitos guapa! Buen finde!
ResponderEliminarHola, Marisa. Me gusta cuando compartes tus recuerdos, pues parece que, de alguna manera, las palabras se vuelvan como más tiernas,y saber de esas vivencias también nos hace saber un poco más de ti.
ResponderEliminarEn casa hacemos crêpes de higos a brevas. También a veces cuando comemos fuera nos gusta pedirlos. Ya veo que tú eres una gran experta en el tema, me has dejado alucinado con tantas propuestas, a cada cual de ellas más apetecible, y todas tan originales. Dulces y saladas, las probaría todas.
Te mando un fuerte abrazo y te deseo un estupendo fin de semana!
Buenos días Marisa!. Me encantan los creps y tu das una buena muestra de lo buenos que están de diferentes formas.
ResponderEliminarDesconocía totalmente la historia Francesa de los creps, siempre se aprende algo.
Me ha gustado mucho leer tu historia, bonitos recuerdos.
Un fuerte abrazo.
Marisa , me encantan los creps asi sean dulces o salados , para mi todos estan deliciosos
ResponderEliminarbesinos
Hola Marisa. Siempre es bonito leer vivencias que nos han pasado aunque estoy convencido que a muchos puritanos les parecerá raro o incluso se molesten al publicar esto en un blog, pienso que cada uno puede poner y publicar lo que considere oportuno y cada cual es libre de leer o dejar de leerlo. A mí me encanta leer todo lo que se escribe, de esa forma se conoce mejor a la persona aunque solo sea de forma virtual.
ResponderEliminarHas puesto una colección de crêpes a cada aula mejor, ya sabes que no soy muy de masas pero disfruto cuando las veo y más si las pruebo aunque esto es más difícil.
Me ha llamado la atención el relleno de morcilla así que creo me hubiera comido unos cuantos pero sin prisas y es que tienen que estar muy ricos.
Eres una experta en estas lides.
Un abrazo.
Estupendo recuerdo :-)
ResponderEliminarY bien buenas las creps.
1 saludito
¡¡Hola Marisa!! Pero qué ricas las crêpes, me gustan todas, dulces o saladas. Y vaya colección estupendas de crêpes que tienes todas tienen una pinta estupenda, las probaría todas. Y gracias también por compartir esos bonitos recuerdos y qué bien que a pesar de la tristeza de haber perdido a tu padre, tu familia te hiciera pasar un mes maravilloso y te acogieran con tanto cariño.
ResponderEliminarA mí no me entusiasmaban mucho los crêpes hasta que también estuve en Francia, en mi caso de intercambio, de esos que se hacían, no sé si ahora se siguen haciendo, en mi caso, primero un estudiante francés que se viene a tu casa en España, y más tarde éramos los estudiantes españoles los que íbamos a casa de nuestro francés. Yo estuve en Pertuis, pues está hermanado con Utiel (Valencia) y entonces yo estudiaba Laboratorio allí. Pertuis está cerca de Aix en Provance y su vez cerca de Marsella. Mi mamá francesa nos hizo un día para desayunar a su hija y a mí crêpes (la verdad es que la mamá francesa intentaba hacerme comidas típicas todos los días), y me llamó la atención cómo las hacía, pues su hija y yo estábamos sentadas en la mesa rodeadas de varias mermeladas variadas y la mamá conforme las hacía nos la iba poniendo en el plato, ella se las comía de pie al lado de la crepera directamente sin ponerles mermeladas. Nunca las he comido tan, tan ricas. Nunca se me olvidará ese desayuno tan especial, pues el resto de los días solíamos desayunar cereales. Tiempo después, aquí en España, venía un feriante en las fiestas del pueblo que hacía unas crêpes también deliciosas, esas ya con salsa de chocolate y siempre tenía una cola inmensa, pero con el tiempo, cambió de trabajo y ya nadie las hacía como él, y por supuesto, tampoco como mi mamá francesa. Besitos.
A mi también me encantan las filloas, que es como las llamamos en mi tierra, y ya me has puesto los dientes largos.
ResponderEliminarNo sabía lo de que eran típicas de la Candelaria en el país vecino. Aquí son muy típicas de carnavales, aunque en mi casa son típicas cuando tengo ganas de hacerlas, que por cierto últimamente, como sabes no tuve mucho, y ya me apetecían... y ahora tu lo has empeorado!
Un beso grande amiga
Hola Marisa, yo no soy aficionada a prepararlos en casa, pero si a comerlos cuando salgo. Con todas estas maravillas me están entrando ganas de animarme a hacerlos algún día en casa, a ver como se me da... Besos :)
ResponderEliminar