Esta Panna Cotta la tengo preparada desde hace casi dos meses. La receta la inventé porque se me solicitó y fue para nada. Después de 3 pruebas, la preparación de la receta definitiva, más de una hora haciendo fotos y muchas más editándolas, muchas llamadas agobiando y a deshora, me dicen a finales del mes pasado, que la receta es muy larga y las fotos con fondo negro no les gustan. Hoy, mucho más tiempo, escribiendo la entrada. No sigo explicando porque sería hacer publicidad gratuita que para nada merecen y sería también aumentar mi descontento e impotencia, por decirlo en plan suave. A buen entendedor, pocas palabras bastan…
Estas copas me encantan y las fotos, creo que son las más bonitas que he hecho desde que mejoré en este tema.
Es una receta tres en uno y fue para esta panna cotta para la que preparé, tras experimentar, el Praliné de almendras que ya publiqué con anterioridad. Pinchad en el enlace que no lo he añadido para no alargar esta entrada.
Es apta para diabéticos, para intolerantes a la lactosa y al huevo porque no lleva azúcar, ni leche, ni huevos. También, para los que se quieren cuidar no tomando calorías en exceso y por supuesto, para los que quieren innovar en el campo “sin”, por o sin obligación.
El sabor y color de la nata de soja es diferente al de la nata, pero ya sabéis que los que comemos diferente, utilizamos productos que son más caros y cuyo sabor, también varía o no.
La podéis preparar sin azúcar o con él. En la receta no pongo azúcar porque las cantidades de edulcorante son las mismas que las de azúcar.
Y como ya sabéis que si puedo, me gusta, añadir alguna historia junto a la receta, os voy a contar la de las copas que os muestro en las fotos. Son una preciosidad y de cristal de Bohemia.
En el verano de 1990 fui de viaje en coche con mi marido. Habíamos estado en Pascua en la época de la Perestroika, en Moscú, San Petersburgo y el Uzbekistán. Un viaje, cuya experiencia, debido a la delicada situación que allí se vivía, no olvidaré. Pero de ese viaje, tal vez, hablaré otro día. Ese verano, como nos supo a poco la “aventura previa”, decidimos ir en coche y por nuestra cuenta, a la antigua Checoslovaquia y Hungría (Praga y Budapest). La caída del muro de Berlín fue el 10 de noviembre de 1989, por lo tanto, en toda esa zona, se requerían visados que llevábamos con nosotros.
Salimos de Valencia hacia el sur de Alemania y pasamos unos días en preciosas pequeñas ciudades cerca de la Selva negra. Desde allí, partimos hacia Checoslovaquia. Nuestra sorpresa fue que al llegar a la frontera, al mostrar el visado, nos dijeron muy contentos, que ya no era necesario. A continuación, una furgoneta pequeña nos anunciaba que tenían habitaciones libres en una casa particular. Preguntamos y allí nos fuimos guiados por ellos. No estaba en el centro de Praga, pero nos venía genial para ir hasta esa preciosa ciudad.
Cada día, la señora nos preparaba para desayunar unas crêpes cubiertas de chocolate en polvo. Praga, a la que no he vuelto, era una ciudad preciosa a pesar de estar llena de andamios, de edificios negros y de gente que te cambiaba dólares por dinero negro, al igual que nos había ocurrido en la antigua URSS. La diferencia era que no se palpaba tanto la miseria como en Moscú o en San Petersburgo.
Uno de esos días, vimos una cola delante de una tienda de cristal de Bohemia. Entonces no eran tiendas particulares, sino del Estado. Los que allí trabajaban, no tenían ningún interés por hacerlo de forma eficiente y rápida. Sólo había expuesta alguna pieza, pero a mí me apetecía comprar porque vi una de estas copas.
Mi marido, protestando sin parar, quejándose de que el tiempo pasaba y allí no hacíamos nada. Menos mal que no le hice caso e insistí en esperar. Fueron cinco horas de cola, pero me traje doce copas como las que veis y que aún tengo intactas, doce vasos de cristal azul y borde dorado de lo más bonitos, un florero y una jarra para su mamá, es decir, mi suegra. Si os digo que el precio de todo fue de 5000 pesetas, os quedáis atónitos. Bueno, no sé si estaréis de acuerdo conmigo, pero creo que cinco horas de cola siendo joven y comprando estas maravillas, valió la pena.
Ya en la autopista aún en territorio checoslovaco, nos paró la policía y nos extorsionó, pidiéndonos dinero porque según ellos, íbamos a mucha velocidad. Después pasamos a Budapest y allí todo fue diferente, pero la belleza de Praga, tal y como la encontramos en aquel viaje, no la olvidaré.
Espero que os gusten, no, os encanten mis copas. La panna cotta también.
De la Panna Cotta
- 200 g de nata de soja
- 100 g de leche de almendras
- 2 cucharaditas de café rasas de agar-agar en copos
- 40 g de azúcar de abedul (o de azúcar)
- ¼ de taza de café preparado
- 150 g de mango en trozos
De la gelatina de mango
- 250 g de mango en trozos
- 100 g de agua
- 2 cucharaditas de café rasas de agar-agar en copos
- 1 cucharada de azúcar de abedul
* Praliné de almendras para espolvorear
De la Panna Cotta
- Poner la mariposa en el vaso. Agregar la nata de soja, el azúcar de abedul, el café y el agar-agar. Programar, 10 minutos, 100º, velocidad 1.
- Mientras, pelar el mango y cortarlo en trozos. Ponerlo en una sartén con el azúcar de abedul y remover hasta que esté blando.
- Terminado el tiempo, agregar el mango y triturar, 20 segundos, velocidad progresiva 5-10. Lavar y secar el vaso.
- Verter la preparación en las copas y esperar a que se enfríe. Se aconseja dejar en la nevera de un día para otro para que se acentúe el sabor a café.
- Pelar el mango y cortar en trozos.
- Colocar los trozos de mango en el vaso, añadir el agua, el azúcar de abedul y el agar-agar. Programar, 30 segundos, velocidad 6. Bajar los restos con la espátula y volver a programar, 20 segundos, velocidad 10.
- Programar de nuevo, 5 minutos, 100º, velocidad 3 y ½. Terminado el tiempo, programar, 20 segundos, velocidad 5. Pasar por un tamiz para evitar que quede ningún hilo del mango.
- Con la ayuda de una cucharilla verter la gelatina de mango sobre la panna cotta de café dejando libre el borde superior de las copas.
De la Panna Cotta
- Pelar el mango y cortarlo en trozos. Ponerlo en una sartén con el el azúcar de abedul y remover hasta que esté blando.
- Disolver el agar-agar en tres cucharaditas de agua.
- Poner en el vaso de la batidora la nata de soja, el azúcar de abedul, el café, el mango y el agar-agar. Batir bien y verter en una cacerola.
- Cocer a fuego vivo removiendo hasta que la mezcla haya espesado un poco.
- Verter la preparación en las copas y esperar a que se enfríe. Dejar en la nevera de un día para otro para que la crema se impregne del sabor del café.
De la gelatina de mango
- Pelar el mango y cortar en trozos.
- Colocar los trozos de mango en el vaso de la batidora, añadir el agua, el azúcar de abedul y el agar-agar disuelto en un poco de agua.
- Veter en un cazo y llevar a ebullición unos minutos.
- Pasar por un tamiz para evitar que quede ningún hilo del mango.
- Con la ayuda de una cucharilla verter la gelatina de mango sobre la panna cotta de café dejando libre el borde superior de las copas.
Montar y servir las copas
- Espolvorear el praliné de almendras por encima de la gelatina de mango. Introducir las copas en la nevera hasta servirlas, pero al no llevar huevo, no es necesario, si como en mi caso, las copas son demasiado largas.
- Si se desea tomar la panna cotta desmoldada, sacarla de la nevera y dejar que se atempere.
- Desmoldar con mucho cuidado. Hay que tener en cuenta que la crema de café y la gelatina no se han unido y por eso al desmoldar las panna cottas, pueden separarse o romperse.
Notas:
- Se pueden preparar con nata, pero no es tan sana.
- La cantidad de azúcar es la misma que la de edulcorante
Bon profit!
Hola Marisa!! Quien no sepa apreciar esta delicia de receta, tan bien elaborada y con unas fotos como éstas, es que no sabe apreciar un trabajo bien hecho. Así que ellos, quienes sean lo han perdido y no merecía la pena que esta receta llegara a sus manos!!
ResponderEliminarTe entiendo perfectamente, yo también me hubiera pasado lo que hiciera falta en la cola, si me tenía que traer estas preciosidades, claro que sí!!! Gracias a ello , las estás disfrutando aún y además también nosotros, viendo lo bonitas que son, ideales para un postre de esta categoría!!
Mil besos guapísima y disfrútalas con mucha salud!!!
Hola Marisa !!!
ResponderEliminarcomo me ha gustado esta entrada...
las fotos una preciosidad....me ha dejado enamorada.... que belleza
las copas super elegantessssss
y la panacota una deliciaaaaaaa
La historia de las copas .... que recuerdo... y quien iba a pensar que después de esos años
hoy iban a ser las protagonistas....
y en cuanto a lo del trabajo realizado para nada....eso ni hablar
por que para nosotros no es así....
gracias a todo lo que nos cuentas en esta entrada.... ha ganado protagonismo
y si ... tú que te las comido ... te ha gustado
y nosotros que la estamos viendo nos ha encantado....
ha sido para mucho haberla preparado...
una delicia.... ya te diré yo como está....que más que seguro que exquisita...
un besazooooooo guapisimaaaaaaa !!!
uhhhhmmmm me estoy imaginando lo deliciosa que tiene que estar....
Buenas noches Marisa,
ResponderEliminarMe parece una receta fantástica...y qué bien que la hayas compartido con nosotros.
Las copas... Una pasada, son preciosas. Merecía la pena la espera, pero como dices de joven se aguanta eso y lo que te echen 😍😍
María otra que te copio, me parece un postre finísimo, que fotos tan bonitas, me ha encantado, esta receta me va a venir de perlas, a ver si encuentro esa nata, y ese azúcar, y así un postre rico y a la vez elegante y rico, me parece especialmente bonito.....Besss
ResponderEliminarMarisa no sabes cuanto me alegro de ver por fin esta receta publicada.
ResponderEliminarYo que he vivido casi en primera persona la preparación que tanto esfuerzo y dedicación lleva esta receta, estoy feliz de verla publicada en el blog, solo espero que los impresentables la vean y rabien de envidia.
Las fotos una pasada, con esas copas que además tienen una bonita historia tras ellas. El esfuerzo no creo que haya sido gratuito, tu recompensa, ver como tus seguidores y amigos, disfrutamos con ella y te dejamos nuestros comentarios.
Felicidades amiga mía, no me puede gustar más.
Bss.
Eran las doce de la noche, estaba cansada, pero tenía que hacerlo, tenía que colgar sus fotos, su receta, explicar cómo consiguió esas copas. Se puso manos a la obra y empezó a recordar. Primero quería dejar claro que, quien le pidió la receta, no se merecía ni nombrarlo. Ella sabía que le verían la receta porque se dedican a copiar a todo el mundo y obtener beneficio de ello. A partir de ahí, más relajada, recordó aquellos maravillosos viajes, aquellos años en los que podía coger el coche y viajar por Europa, coger el avión y recalar en cualquier parte del mundo. ¿Añoranza? No, simplemente recuerdos.
ResponderEliminarEs una idea preciosa escribir un texto introduciendo la receta. La hace más real, más verdadera, más personal.
El que copia sin decir el origen, es alguien sin personalidad. Pero de esos hay muchos por el mundo y triunfan. A mí me gusta triunfar dentro del corazón, uno mismo, con el esfuerzo propio.
Sé que esto no arreglará el mundo, pero al menos, me he quedado bien.
Las fotos hablan por si solas...impresionantes las copas y la receta, esa panna cotta en la base de la copa es para quedarse sin palabras... Chapeau amiga!
ResponderEliminarJo Marisa! qué envidia de viaje!! Menudas copas, me encanta la foto en la que lo pones del revés ¡recetón! BSS linda!!
ResponderEliminarHola Marisa¡¡¡ Me acuerdo de nuestra conversación al respecto pero vamos por partes:
ResponderEliminarEsas copas son preciosas, y le vienen que ni pintado a esas Panacotas. Una pasada de fotografía, y con respecto a la opinión de que a ciertas no les haya gustado, pues tengo que decir que a mi me has invitado directamente a venir corriendo a ver la receta por el simple hecho de haberlas visto por esa fotografía en facebook. Así que un aplauso para ellos (irónicamente) Me parto de risa, con perdón.
En cuanto a la receta. Me ha encantado, y a pesar que nunca he probado la nata de soja, si he probado el mango como postre con lácteos y tengo que decir que esa combinación es sublime. Así que me guardo esta receta en pendientes para cuando quiera experimentar con este tipo de Natas, porque como bien has dicho, las de Vaca son al igual que tu automáticamente rechazadas en mi cocina. Un beso guapa y felicidades por este recetón¡¡¡
Guaaaaaaaaaau! ¡Que delicia y de café!
ResponderEliminarPreciosas fotos y una opción muy interesante de postre navideño. En cuanto a la nata de soja ¡tengo que probarla! que a mi me viene muy bien.
B7ssss
me parece una recta buenisima ,unas copas preciosas y unas fotos perfectas ,yo si uso la nata de soja y esta realmente buena,me quedo con tu receta que me ha encantado
ResponderEliminarBesitos
Hola Marisa...no se lo que habrá pasado con respecto a esos impresentable...y la copia de la receta...Pero dudo mucho que hayan conseguido expresar ni en sueños lo que tu acabas de exponer...
ResponderEliminarLas copas maravillosas y la panna-cotta digna de cualquier restaurante de 5 tenedores...y de las fotos ni te cuento...de portada de revista culinaria...pero lo mas importante es que en ellas se ve el cariño que pones al hacer tus platos. Magnifica receta!! Besitos.
Julia, no es una copia. Pidieron una, la hice, me agobiaron a cambio de nada y al final, no la aceptaron. Es mía y la publico con orgullo. Gracias guapa.
EliminarJulia, no es una copia. Pidieron una, la hice, me agobiaron a cambio de nada y al final, no la aceptaron. Es mía y la publico con orgullo. Gracias guapa.
EliminarHola Marisa, ya sabes que te entiendo y comprendo, pero no todo el mundo valora el esfuerzo y cariño que se pone en los blogs. Las fotos preciosas, si no lo han apreciado es que no tienen ni idea!! mejor que los olvides porque no se merecen nada. Sabes que me encanta leerte y escuchar todo lo que me cuentas, yo también disfruté muchísimo de esa bella ciudad que todavía me enamora y que fue una promesa que me hizo mi marido si conseguía dejar de fumar!!. El tiene mucho miedo a volar y lo hizo por mi :)
ResponderEliminarUn besazo
Creo que se tienen que poner gafas de las de culo de botella porque la vista no la tienen bien desdeluego ......Decir que estas fotos no son bonitas es faltar a la verdad .........No se merecen nada , a mi me ocurrió en una ocasión y me dije una y no más Sto Tomás , encima gratis y perdiendo el tiempo y el dinero.......para qué ?....Enfin que les cunda Marisa, tu no te disgustes amiga.
ResponderEliminarLa receta es superior , me encanta tu creatividad y las copas qué decirte mas que son preciosas y que esa espera bien mereció la pena , ya lo creo que sí.
Besinos.
Marisa creo saber qué empresa anda detrás de tu descontento y enfado y sinceramente no entiendo por qué estas fotos no les han gustado ¡son una pasada! y la receta ¿qué te digo? ¡si es una maravilla!
ResponderEliminarMira yo me quedaría encantada con estas copas tan bonitas y bien presentadas y más aún con su contenido ¡que tiene que estar de lujo! y será un lujo tenerlo en nuestras mesas en las próximas fiestas o en cualquier reunión.
Por cierto, estoy dando los últimos toques a una entrada para tu reto BBSS ¡para el lunes que viene estará publicada si todo va bien!
¡Besos mil!
Marisa no se por donde empezar, aunque poniéndome en tu lugar y sabiendo el trabajo que te habrá llevado la sesión fotográfica y la edición, hasta yo estoy indignada. Tratan a uno como si fuéramos trapos. ¡Qué barbaridad!, pero bueno, los que te conocemos, valoramos tu trabajo y esta deliciosa y preciosa receta. Las copas ¡¡un amor!!. También yo estuve en Praga y quedé enamorada, aunque yo hace menos años y todo estaba limpio y las casas relucientes, y también yo traje algo de cristal de bohemia ¿quién cede a la tentación? Aunque no tuve tu oportunidad, y no pude cargar todo lo que yo habría deseado, porque las maravillas en cristal que allí se veían en los en los escaparates, te dejan con la boca abierta. Bueno, pues los que te valoramos, disfrutaremos de esta preciosa sesión fotográfica, y la pannacotta, seguro que también la disfrutaré esta navidad, porque debe estar deliciosa.
ResponderEliminarUn besín.
Marisa, que recepta i que fotos!!!!.D'autèntica professional!!!Sembla impossible, però aconsegueixes superar-te. Pots estar molt orgullosa del treball. Ho has fet:bo, bonic i molt elegant. Una forta abraçada.
ResponderEliminarEso tengo que probarlo, la panacotta con nata de soja... suena bien. Ahora que no tomo lácteos, a ver si me sale mejor que la normal porque con nata de vaca nunca le cogí el punto!
ResponderEliminarNo me puedo creer de ninguna manera que estas fotos no les gustasen!!!! Pero si son maravillosas, elegantes, nítidas!!! Te han quedado preciosas, y después de todo el trabajón, que poca madre!!!! (Como diria un mexicano) No lo puedo entender de ninguna manera. Y ya no te hablo de la pinta que tiene el postre ni de la textura que se ve en la cucharilla. En fin!! Enhorabuena!!! Y que les den 3 duros. Besotes
ResponderEliminarTe dire que a mi me ha quedado impresionada la panna cotta tan buena que has preparado. Lleva unos ingredientes diferentes, muy originales debe estar muy rica. Además las fotos son magníficas, la idea de la copa boca abajo con la panna cotta encima, una pasada.
ResponderEliminarNo entiendo nada de lo que te paso, pero creo que después del cabreo debes pensar que ellos fueron los únicos perdedores. La receta sigue siendo tuya y si no la apreciaron, ellos se lo pierden, que tú puedes hacer con ella lo que quieras. Hasta puede ganar un premio importante de repostería o fotografía, si te animas a presentarla.
Un beso grande!!
Se ve una textura muy fina y seguro que está de lujo. Las fotos increibles de verdad. Un besazo.
ResponderEliminarLa cola valió la pena y el viaje, seguro que lo guardas en el corazón. Buenísima la receta y preciosa la presentación.
ResponderEliminarQuerida Marisa, vengo a repetirte por enésima vez que me encanta tu receta y las fotografías que la acompañan.
ResponderEliminarY en plan sencillo te voy a preguntar algo ¿qué entienden los burros de flores? nada ¿cierto? pues así son las cosas.
La historia de las copas, y vaya si mereció la pena las horas de espera, compraste un tesoro. Un día te contaré qué estaba yo haciendo ese 10 de Noviembre jaja, nunca se me olvidará.
Besotes.
Guau Marisa, te envio mi estrella Michelin. Una auténtica delicia. Me ha encantado!!!
ResponderEliminarBesos
Espectaculares no lo siguiente llevo un rato haiendote la ola , es una pena que esos impresentables te hayan dicho que las fotos no servian con el fondo negro, yo las veo preciosisimaaaaaaaaaaaaas me encantan todas ,las copas son una preciosidad y la presentacion de la pannacotta es de 20 points, al igual que la receta la cual has explicado maravillosamente , como se nota que no saben cocinar para decir que la receta es larga .
ResponderEliminarUna pena que hayas tenido que perder tu tiempo para nada , pero de todos se aprende para la proxima no te va a pasar lo mismo ,lo mejor de todo es que seguro estaran de muerte relenta y habeis dado buena cuenta de ellas.
Bicos mil y feliz finde wapa.
Una receta de las de guardar en favoritos y en lugar preferente, las fotos quitan el hipo, la entrada preciosa como todas las tuyas, chica qué preciosidad de copas y qué puesta en escena más bonita, muero de amor. Besos.
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