Helado de zumo de naranja y albahaca

Ayer aquí llovió mucho y ha refrescado. De hecho, lleva varios días así y se agradece mucho. Por eso os preguntaréis qué hago publicando un helado. En primer lugar hay que tener en cuenta que esto es Valencia y aquí, el calor no desaparece porque llueva y caigan rayos y centellas. Si no comemos helados es porque no queremos. Por otro lado, he querido no dejar este helado en borradores hasta el próximo verano porque lleva zumo de naranja y en nada, ya tenemos a mano las ricas mandarinas y naranjas de esta tierra. Tendréis que apuntar la receta para cuando llegue ese momento.

Seguid leyendo, porque este helado es el resultado de una prueba que hice empleando dos formas para congelar zumo de naranja. La primera fue congelar el zumo sin edulcorar, la segunda, añadiéndole azúcar de abedul. Lo dejé desde mayo hasta agosto congelado, destapé el recipiente sin edulcorar, probé el zumo congelado y no me gustó. Fue directamente a la basura. Con el zumo edulcorado, ocurrió totalmente lo contrario, no estaba malo. Decidí darle una oportunidad y como el helado a base de fruta congelada y clara de huevo me encanta y refresca mucho, lo preparé. Esta vez, añadí al zumo unas hojas de albahaca y para mí y para quien lo probó, fue un acierto.

El zumo congelado con el edulcorante no estaba después de tantos meses nada duro y el helado, tras muchos días en el congelador, se mantuvo cremoso.

No es un helado con mucha consistencia ya que sólo le puse una clara, quizás con dos, hubiera estado mejor, pero os aseguro que destaca por lo refrescante que es, más en los horrorosos días de calor que este verano nos ha obligado a soportar. El toque de la albahaca no es fuerte, pero claro, se trata de que os guste. Si no es así, sabed que si congeláis zumo de naranja edulcorado, lo podréis utilizar el próximo verano siguiendo esta receta con o sin albahaca.

Recomiendo que congeléis el zumo cuando las naranjas estén de lo más dulces.

Este mes en Reciclando Sabores va de helados, diferentes en cuanto a sabor, pero no por eso menos ricos y como siempre en Thermofan, sanos.

Espero que os guste.

Ingredientes

- 600 ml de zumo de naranja natural
- 120 g de xilitol o azúcar de abedul
- 1 clara de huevo
- 20 hojas de albahaca fresca

Preparación en TMX

- Colar el zumo, poner en el vaso y añadir el xilitol. Programar, 20 segundos, velocidad 5.

- Meter el zumo en un recipiente hermético y congelar al menos 12 horas. Si el recipiente no es de silicona, se puede poner en la base papel sulfurizado. Si es especial para helados, no será necesario.

- Picar el zumo de naranja con un tenedor. No será complicado porque no queda muy duro. Verter los trozos en el vaso y dar unos 8 golpes de turbo con el fin de triturarlo poco a poco. Si es necesario, añadir alguno más.

- Añadir la clara de huevo.

- Programar, 1 minuto y ½, velocidad 5. Abrir la tapa cada 30 segundos y bajar los restos de las paredes y de la tapa. De este modo, iremos comprobando que la mezcla está cada vez, más lisa.

- Volver a colocar la tapa, introducir la espátula por el bocal y programar, 1 minuto, velocidad 3. Repetir la operación si observamos que la textura no es la que nos gusta, pero a mí con este tiempo, me ha bastado.

Preparación tradicional

- Colar el zumo, poner en el vaso y añadir el azúcar de abedul o el azúcar. 

- Mezclar bien para que se disuelva.

- Meter el zumo en un recipiente hermético y congelar al menos 12 horas. Si el recipiente no es de silicona, se puede poner en la base papel sulfurizado. Si es especial para helados, no será necesario.

- Picar el zumo de naranja con un tenedor. No será complicado porque no queda muy duro. Poner los trozos en el vaso de un robot. Añadir la clara de huevo y volver a batir hasta conseguir una preparación homogénea. 

- Si no tenemos un robot capaz de triturar los trozos de helado, batirlo cada dos o tres horas, (es decir cuando ya esté consistente) y volver a meterlo en el congelador cada vez. 

Notas:

- No cristaliza y se mantiene en un recipiente hermético en el congelador más de una semana. Si es metálico y con tapa, mejor. El mío era de plástico y quedó perfecto. Si queréis que esté más consistente a la hora de servirlo, dejadlo un poco más en el congelador.

Bon profit!