Thermofan

Blog culinario de recetas sanas y bajas en azúcar.

Monas de mi familia, a la antigua. Airfryer y horno.




Llego un poco tarde debido a haber dedicado tanto tiempo a hacer pruebas con las torrijas, de lo cual, no me arrepiento para nada porque ha valido la pena. Muchas gracias por tantas visitas estos días.

Digo que llego tarde porque estas monas las hice ayer y casi no me da la vida para escribir la entrada y editar las fotos, pero estamos en Domingo de Resurrección y es Pascua. En casa no puede faltar una buena mona y no todos los años la hago. No me decidí hasta el viernes por la tarde, estaba cansada de tanta cocina y así y todo, como siempre me pasa, me puse las pilas y a maquinar de nuevo. Me digo a mí misma que el día en el que no pueda ir como “una moto”, mala señal. Ser tan activa y que me guste tanto experimentar y ponerme retos, es un aliciente vital, que agobia a más de uno a mi alrededor, es lo que hay y me encanta.

Para que tomara esa decisión, influyeron mis recuerdos de la Pascua de cuando era pequeña y adolescente, nada parecido a hoy en día. Os lo cuento en mi Mona de Pascua como se hornea en Ontinyent, así ya no me repito, ni me vuelvo a poner “moñas”. Y mi cabecita que no para, también recordó que aunque esa receta es de allí, en mi casa las monas no se hacían igual. En seguida, me llegó de alguna forma el olor de la casa tan rico, único, tras hornearlas mi querida tía Carmen. No necesité más, busqué la libreta y allí estaba la receta. ¡Vaya receta! ¿Cuántos años tendrá? Como buena antigüedad que se precie, no se indica ni cantidad de harina porque claro, era “a ojo”, ni tampoco cantidad de levadura y eso sí que es un problema porque en las monas se suele utilizar mucha. Tampoco, por supuesto, tiempos de reposo, ni de horneado como es natural, porque las llevaban al horno del pueblo. Ninguna explicación del modo de hacerlas porque se lo sabían de memoria.

Me puse en “modo arriesgado” y me dije que si salían mal, no pasaba nada, seguro que comestibles, serían. Como eran casi las diez de la noche, saqué a pasear lo que he aprendido sobre la fermentación en frío, sabiendo que me ahorraría tiempo y conseguiría seguro, una miga más esponjosa. Las monas de mi tía, riquísimas, pero recuerdo que le quedaban un poco duras.

El “modo arriesgado” implica que me obligue a ponerme las pilas, a quitarme el cansancio de encima y a marear a cualquiera que me vea a esas horas sacando harinas, huevos, leche… Pero quien me conoce, aunque crea que me falta un hervor, sabe que forma parte de mi forma de ser.

La receta se las trae porque lleva mucha cantidad de leche y de huevos y ni os digo la barbaridad de azúcar, nada raro porque el recetario familiar es todo para golosos empedernidos. Me arriesgué a adaptar aquello a mi manera y a no utilizar amasadora, ni maquinita ninguna. Sí, diez de la noche y todo a mano. Creo que fue un acierto, porque al tener que ir añadiendo harina poco a poco, tuve claro el punto en el que la masa estaba lista. La pasé a un bol con tapa arriesgándome de nuevo a que por pasar toda la noche dentro de la nevera, se rebelara y se saliera. Decidí para la cantidad de harina usar 40 g de levadura, no era demasiado porque harina añadí más de un kilo y así y todo, al levantarme y abrir la nevera en seguida vi que la masa de mis monas se había derramado a su libre albedrío. Señoras y señores, así es como se aprende y si además acierto en el punto de dulzor, que tampoco era fácil, no puedo hacer otra cosa que decirme a mí misma: “Repetiré seguro”.

Al fermentar en frío, tan sólo tenía que volcar la masa, pesar piezas, formarlas en seguida y dejarlas leudar hasta que doblaran su volumen y ahí es donde tuve un problemilla, tenía que salir a comprar preciso y leudaron un poco de más. De ahí que se abrieran un poco y eso no debería haber pasado.

Al formarlas, como no quería hacerlas en dos tandas para encender el horno y tenerlas listas en seguida, pesé tres piezas de 500 g aproximadamente y el resto un trozo de masa de unos 350 g, lo introduje en la cesta de la freidora de aire para que leudara ahí dentro y así, experimentar qué tal quedaba. ¡Vaya sorpresa! Fue la única que no se abrió, aunque al no poner la rejilla, quedó un poco quemada en la base.

Conclusión: Estoy muy, pero que muy contenta. Las monas de Pascua valencianas, no son dulces y para mi gusto, quedaron en su punto justo. Tampoco le puse casi azúcar por encima para no pasarme y no necesitan más, os lo dejo a vuestra elección. La miga, se ve en las fotos, blanda, mucho mejor que la de mi tía. Para ser la primera experiencia, estoy feliz como una perdiz.

A Zaragoza se fue una y una parte, cortada a trocitos, ya está en el congelador porque es la mejor manera de no pasarse comiendo y que no queden ni las migas. se puede ir sacando y dejar que se descongele, porque estará como acabada de hacer. 

Ojalá mi tía pudiera verlas, tengo la seguridad de que estaría de lo más orgullosa y bien contenta. La casa ha vuelto a oler a monas caseras, como las antiguas, de las que recuerdo que no eran grandes, sí con bastante azúcar por encima. También se le abrían y quedaban rústicas. Tampoco llevaban merengue por encima.

Os indico las cantidades totales para un kilo y cien gramos de harina. Lo calculé porque abrí un paquete expresamente para hacerlas y solamente se trataba de restar del total, la que quedaba. En cuanto pueda, adaptaré la receta para la freidora para una cantidad menor  ya que comprobado queda que salen DE CATEGORÍA como decimos por esta tierra.

Se puede adaptar el tamaño y hacerlas pequeñas o más grandes, añadir más azúcar por encima o un poco de merengue. También formar un agujero en el centro e introducir un huevo. La mona de Pascua la comemos con longaniza seca, con huevo duro, con chocolate. En aquellos años también nos la daban mojada en vino y en zumo de naranja. Si se queda dura, forma parte de la deliciosa Sopà de mi madre (con tilde en la “A”) que tanto nos ha gustado en casa siempre y que a mí me chifla.

Aquí mañana lunes es fiesta y la semana siguiente los peques y no tan peques, no tienen colegio. ¡Felices Pascuas! 



Mona horneada en horno convencional


Mona horneada en freidora de aire

Ingredientes

- 500 g de leche (la mía desnatada)
- 40 g de levadura fresca de panadería (si se va a fermentar en frío, reducir a 25 g)
- 4 huevos L
- 200 g de azúcar
- 100 g de aceite de oliva virgen extra + el necesario para untar la masa
- 1 kg y 100 g de harina panadera ecológica molida a piedra W160 de El amasadero (harina de fuerza)
- 1 huevo para pintar la mona (sobrará)
- azúcar para espolvorear

* una rasqueta de panadero
* papel sulfurizado
* bandeja de horno
* Freidora de aire Cosori Dual Blaze 6.4 l

Antes de empezar…

- Sacar los huevos y la leche con antelación de la nevera.

- Tamizar la harina.



Mona horneada en horno convencional

Preparación tradicional

- La noche de antes, verter la leche en un bol grande, después calentarla un poco y diluir la levadura desmenuzada.

- Batir los huevos en otro bol hasta que espumen. Agregar poco a poco el azúcar y seguir batiendo. Incorporar el aceite a hilo mientras se sigue batiendo y hasta que se integre.

- Agregar la harina poco a poco. Primero, ir removiéndola con una cuchara de madera o silicona y cuando la masa vaya adquiriendo consistencia, empezar a mezclar con la mano derecha.

- Cuando obtengamos una masa elástica y homogénea, introducirla en un bol grande y taparlo con film untado en aceite. Colocar el bol en la nevera hasta el día siguiente.



Mona horneada en freidora de aire

Formado

- Sacar la masa de la nevera, habrá leudado y a lo mejor, se habrá desbordado. Nada grave, se aprovecha toda.

- Cortar piezas del tamaño deseado con la rasqueta e ir pesándolas. Con las manos untadas en aceite, bolear cada pieza e ir colocándolas sobre la bandeja forrada con papel de horno. Como me quedaba la última con menor peso, una vez boleada, la introduje en la cesta de la freidora de aire.

- Untar trozos de papel film con aceite y colocarlos sobre las monas cuidando de que no entre aire. Dejar leudar sobre una hora o hasta que doblen su volumen. Me pasé con el tiempo y por eso las de horno, se abrieron un poco.

- Despegar el film. Pintar las monas con huevo batido y espolvorear con azúcar. Hacer lo mismo con la de la freidora.



Mona horneada en horno convencional

Horneado

- En la freidora programar, 20 minutos a 160º. En la mía como no estoy acostumbrada a precalentarla, no lo hice y tal vez, debería haberlo hecho. Programé el modo Bake. En otros modelos, precalentarla y programar el mismo tiempo y temperatura. Si es necesario, darle la vuelta.

- En el horno, precalentarlo a 180º y hornear con aire durante unos 15 minutos. Es fácil que se doren demasiado. Comprobar en ambos casos la cocción, pinchando las monas con un palo de brocheta y si sale limpio, están hechas.



Mona horneada en freidora de aire

Notas:

- No coloqué la mona sobre la rejilla de la freidora por si al hornearse, se podía quedar pegada a la resistencia, pero se quema un poco la base de la mona. Habrá que intentar solucionarlo.

- Estas monas no llevan nada de ralladura de cítricos, tampoco mantequilla, ni manteca de cerdo. Son las auténticas de mi casa.

- Si se reduce el tiempo de leudado y se hace la prueba de apoyar la yema del dedo sobre la superficie y que la marca que deja el dedo desaparezca por sí sola, lo más seguro es que no se abran como me pasó a mí, al no poder hacerlo bien. De todas formas, a mí que se abran, tampoco me importa porque están de lo más buenas. Miga y corteza tiernas, en su punto justo de dulzor, no puedo pedir más.

Bon profit!


Comentarios

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  1. Ya he desayunado pero no me importaría nada volver a hacerlo con un trozo de tu mona. Se ve muy buena y con una miga tierna que ya te digo yo lo que me iba a durar a mí; has hecho bien en congelarla en trocitos porque seguro tiene mucho peligro.
    En cuaresma hay por aquí la costumbre de hacer unos bollos/panes que llaman hornazos (éstos son semi dulces, nada que ver con el tan conocido de Salamanca) y que aún hoy en algunas localidades se siguen llevando al horno de la panadería a cocer. Hace un tiempo pedí la receta y tenía las misma explicaciones que la mona de tu tía, o sea, ninguna y por falta de experiencia no la pude replicar. Lástima que la perdí, porque seguramente siguiendo tus indicaciones habría conseguido algo decente.
    Feliz domingo. Un beso.

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  2. Buenas tardes Marisa!. Si que te han salido buenas, si, menuda pinta tienen. Seguro que tu tía estaría super orgullosa.
    Al igual que tu yo también me he encontrado con recetas de casa y lo que tu dices, los ingredientes y punto así que a hacer pruebas y a base de pruebas al final lo sacamos.
    Un fuerte abrazo.

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  3. Hola Marisa !
    Claro que tu tía estaría super orgullosa de su sobrina , de su buen hacer y de su hiperactividad ja ja, es importante tener la mente ocupada y si además es para elaborar algo tan rico, pues más productivo aún.
    Te quedaron estupendas sin lugar a dudas.
    A mi este año no me dio tiempo a prepararlas.
    Un beso.

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  4. ¡Qué pintaza!, me apunto a tu mona. No hay nada como las recetas familiares, yo tengo una libreta de los años cuarenta y a excepción de los ingredientes, al resto le has de echar mucha imaginación, pues cantidades a ojo , tiempos ni mencionarlos en fin que cuando una receta al fin me sale es todo un éxito. Vuestras monas no tienen nada que ver con las que acostumbramos por aquí en las que se da más importancia al adorno que a la Mona en si. Un beso grande

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  5. Se parece muchísimo al bollo que mi madre compraba cuando íbamos a Alicante de pequeñas. No recordaba el nombre, pero creo que es el mismo. Te ha quedado super esponjoso y con pintaza. Espero que hayas disfrutado la Semana Santa y que lo sigas haciendo en estos días de Pascua. Besos.

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  6. Marisa, cuántas cosas nos cuentas hoy. Veo que el tema de las monas te entusiasma y que tus recuerdos afloran inmediatamente cuando tocas este tema. Me ha hecho sonreír lo de la libreta con la receta, porque tengo la sensación de que, al no tener muchas notas, de poco te ha servido. Pero bueno, te lo has currado y nos traes una mona de la que estás muy satisfecha, eso es lo importante. Ten por seguro que me encantaría probarla

    ¡Abrazos!

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  7. Yo, cuando la haga, la hornearé en el horno, no me acaba de convencer la freidora de aire...pero seguro que la pruebo, le tengo ganas a la mona!! Las tuyas se ven de lujo!! Besitos.

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Sé bienvenido a mi cocina. Me alegra compartir contigo mis recetas y deseo que te gusten.
Espero que no tardes en volver.
Saludos. Marisa


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