Últimos tomates de final de verano, jugosos, carnosos y con un sabor delicioso; de cosecha de confianza, pero esta vez, para mi gusto, su piel era demasiado dura y eso no me ha gustado nunca. Prefiero los tomates de piel casi invisible, que ni se percibe al comerlos e incluso, se pela con mucha facilidad, estirando un poco con los dedos. Será que el tomate rosa, forma parte de mi vida desde siempre y pocos le pueden hacer la competencia.
Melón maduro y dulce, pero no empalagoso. Ideas muchas… Quería hacer una mermelada, pero sé que tanto el tomate, como el melón necesitan bastante tiempo para cuajar en una mermelada, más, si ésta es sin azúcar. Había comprado sobres de agar-agar en polvo y normalmente lo uso en copos. Todo confluía para empezar a experimentar. ¿Será por experimentar? En esta cocina, casi siempre surgen todo tipo de experimentos.
Pero la vida nos sorprende en minutos, el rojo se convierte en naranja, lo blanco en negro, cuando podría haber sido gris marengo y lo que pensábamos, ya no será factible.
Eso ocurrió con la idea de preparar una mermelada de tomate y melón. De hecho, estaba ya empezando a cocinarla, incluso, había dejado en reposo la fruta durante unas horas, para que espesara más fácilmente. Sí, estaba en ello cuando sonó el teléfono y eran casi las diez de la noche. Podría no haberlo cogido, pero lo hice y esa decisión, cambió el curso de las cosas y el destino de la mezcla preparada.
Mi interlocutor estaba preocupado, necesitaba explicarme con todo detalle lo que le acontecía, oír mis consejos, mi experiencia sobre el tema. No fui capaz de decirle que en esos momentos estaba cocinando, a la vez que comprobaba cómo el tiempo iba pasando sin que yo controlara como es debido la cocción de la mermelada. No tuve más remedio que, auricular sobre la oreja, usar la otra mano y verter la mezcla muy caliente en un recipiente cuadrado. Eran las diez y media pasadas, también estaba cansada y presentía que la conversación iba para largo.
La mezcla que iba a convertirse en una mermelada que requería un mimo especial, terminó reposando, enfriándose poco a poco durante la noche. Al día siguiente comprobaría si el resultado valía la pena.
La mermelada más bien era un dulce gelatinoso, sin llegar a cuajar del todo, no se podía cortar, pero tampoco su textura era la de mermelada. Pero al extenderlo, la magia de la cocina apareció y el dulce, una vez sobre el pan, parecía una mermelada. Me entraron rápidamente las ganas de cambiarle el nombre y el dulce en principio gelatinoso, se convirtió en mágico. Para mí, la magia en la cocina existe, al menos, me gusta pensar que sí.
El sabor me gustó y como siempre suelo contar por aquí, las experiencias culinarias un poco diferentes, o sorpresivas, decidí compartir este dulce de melón y tomates veraniegos porque me parece que puede ser del agrado de muchos.
Servido sobre un pan casero especial (que en breve publicaré y os va a asombrar) y con un poco de ricota, está delicioso.
“La
mejor manera de tratar obstáculos es usarlos como escalones. Reírse de ellos,
pisarlos y dejar que te lleven a algo mejor”.-Enid Blyton.
Ingredientes
- 400 g de tomate maduro
- 400 g de melón
- 150 g de manzana
- 300 g de azúcar de abedul o de azúcar
- zumo de 1 lima
- 1 sobre de agar-agar en polvo (2 g)
Antes de empezar…
- Pelar los tomates y la manzana. Cortar en cuartos.
- Quitar la corteza del melón y cortar en trozos grandes.
- Escurrir la lima y reservar el zumo.
Preparación en TMX
- Colocar todos los ingredientes en el vaso. Programar, 5 segundos, velocidad 4. Dejar reposar en el vaso 8 horas mínimo.
- Programar, 40 minutos, 100º, velocidad 2. Poner el cestillo sobre la tapa.
- Agregar el agar-agar y programar, 3 minutos, 100º, velocidad 3.
- Verter la mezcla en un recipiente y dejar reposar hasta el día siguiente.
Preparación tradicional
- Colocar todos los ingredientes en una olla. Cocer removiendo de cuando en cuando, hasta que vaya espesando.
- Agregar el agar-agar, llevar a ebullición y cocer unos 3 minutos más.
- Triturar la mezcla hasta que no se noten trozos de fruta.
- Verter la mezcla en un recipiente y dejar reposar hasta el día siguiente.
Notas:
- Este dulce está hecho sin azúcar, por lo tanto, espesa con mucha más dificultad.
- Si se desea un dulce más compacto, agregar un poco más de gelatina. Si se desea una textura más de mermelada, usar sólo medio sobre de agar-agar y comprobar la cocción. En mi caso, al no poder hacerlo, no tuve otra opción.
- Se puede cocer unos minutos más a poca temperatura y envasar en botes esterilizados. Si los botes no están esterilizados, hervirlos durante unos 30 minutos junto a las tapas y dejarlos sobre papel de cocina para que se sequen.
Bon profit!
Tus experimentos siempre dan resultado, yo no puedo decir lo mismo siempre, yo la veo perfecta y aunque su nombre fuese mermelada me varía percectamente, que color tan bonito yla textura una pasada Marisa....Bess
ResponderEliminarYa te vi anoche la pócima mágica, pero era tarde y no tuve ganas de entrar a comentar. Es curioso como a veces se alinean los astros para crear cosas que no teníamos programadas... de eso yo soy una experta, ya te lo digo, jajjaa (si vivo en el campo es por pura y maravillosa casualidad).
ResponderEliminarMelón y tomate... uhmmm, puede que me seduzca, que mis tomates ahora tienen un sabor intensísimo, por eso de ser la última "soca" que darán las plantas.
Toda mermelada es poca, de eso tu sabes mucho más que yo :)
Besos mil.
curiosa mezcla la del melón y el tomate ,pero ya ves a veces la cocina sorprende y mucho ,la pinta es deliciosa tendré que probar,aunque sea la próxima temporada(ya no tengo tomates)
ResponderEliminarbesitos y buen fin de semana
Marisa mágico, y también diría que casi milagro. Ni te cuento la de veces que me ha pasado algo parecido a ti, pero sin tanto éxito como con tu no mermelada; a veces le ponemos todas las ganas a algo, y por avatares de la vida, se truncan nuestras expectativas. Al menos a ti no te salió mal la cosa, y no tuviste que tirar nada, lo que te decía un "milagro" precioso de color, y supongo que riquísimo.
ResponderEliminarFelicidades por tu buena mano.
Besos
Qué buena pinta tiene,amiga !!La receta me encanta,esa fusión de fruta.
ResponderEliminarAunque no te lo creas nunca he probado el agar-agar,viendo tu dulce mágico me lo voy a plantear un dia de estos,a ver que tal se me da.Bueno,siguiendo tu receta seguro que bien..Besets,Mary.
Ves???? Si ya te decía yo que la experiencia y el resultado te podría sorprender. Me gusta mucho el color que tiene, el sabor me lo tendré que imaginar, pero presiento que para repetir. Deseando ver ése experimento del pan. Muakkkkkkk
ResponderEliminarEsta mañana pase por aquí pero comente desde el celu y algo paso..., luego salí y cachiplum!! vuelvo a visitarte mi querida Marisa y veo que el comentario no cargo. La magia de las cosas pero mejor las personas especiales que hacen de momentos sencillos una explosión especial y mágica como tú!, si te he leído como quien te seguía aquella noche a través de la ventana trabajando entre aquella inicial mermelada que luego con precioso color anaranjado se torno en un riquísimo dulce mágico, pues la magia la tienes tú con lo que haces y me encanta este postre, ese colorcito y esas combinaciones de sabores ^_^,
ResponderEliminarte mando un beso grandote, que sigamos descubriendo la magia en esas pequeñas cosas que se vuelven grandes y que nos llenan el corazón.
Besos grandes mi querida Marisa, buen fin de semana para ti!
Buenos días Marisa, estoy precisamente ahora desayunando con la mermelada de sandia y un poco de queso fresco así que ésta, gelatina o mermelada, habrá que probarla también con o sin azúcar seguro que están buenas de las dos formas. Un beso muy fuerte y buen fin de semana
ResponderEliminarHola, lo espertas que somos en hablar por teléfono y cocinar a la vez, jajajaja!!
ResponderEliminarEsta mermelada o este dulce divino es una maravilla. La combinación es espectacular y como bien dices, mágica. Colores y sabores diferentes se han unido y el resultado es sensacional.
Un beso guapísima!!
Estupendo dulce que a mí también me ha fascinado. La magia te ha funcionado más que bien, sólo hay que ver el aspecto tan maravilloso que tiene. Debe saber especial. Muchos besos Marisa.
ResponderEliminarNo hay mas que verla, muy rica y cremosa Marisa que tal vas .Un besito
ResponderEliminarLa vi ayer en facebook y me pareció una pasada, tanto el color como la textura, bien podría ser una mermelada, sin problemas, al untarla queda igual y lo que más me gusta es ese color, tirando a coral... un experimento delicioso!! deseando ver el pan...bs.
ResponderEliminarMarisa , ya te lo vi en FB y me parecía genial , que cosa mas rica y estupenda para unas tostadinas
ResponderEliminarbesinos
Es una pasada, la mezcla te ha resultado genial! y es que tiene un color muy chulo, enhorabuena por tus recetas, me gusta mucho :)
ResponderEliminarBeautiful blog
ResponderEliminarMarisa, vaya delicia como todas tus cosas. Ayer entré a tu blog y después de haber escrito se me borró o mejor dicho, no se me publicó y por eso desde el ordenador creo que no me pasará. O eso espero.
ResponderEliminarMe ha gustado mucho esa combinación de sabores que desde luego nunca la he probado. Ahora todavía estoy a tiempo por la temporada.
Un color además precioso y ya sabemos que la comida entra por los ojos.
Muchos besos
Hola. Ese dulce lo hacía mi abuela, y mi bisabuela también. Ellas lo hacían cuando salía un melón poco dulce. Le llamaban "dolç de meló" .
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