He tardado meses en publicar esta entrada que para mí es un regalo por muchas razones que voy a tratar de exponer.
Esta receta ya la tengo publicada en el blog desde hace muchos años y aunque las fotos de la Almoixàvena de Anita son horribles, no las he cambiado. Si queréis saber más, pinchad en el enlace. Es una receta de origen árabe, familiar, de mi localidad natal Ontinyent, de mi comarca la Vall d’Albaida y de Xàtiva y su comarca La Costera. También seguro que se preparara en pueblos limítrofes y por gente que gracias a cursos de cocina, las redes o a los blogs la han llegado a conocer.
En esta ocasión la idea fue consecuencia de una invitación. Una persona a la que tuve el gusto de conocer debido a la pandemia, me llamó para ofrecerme dar una charla sobre mi blog en la Semana del mayor que tuvo lugar a finales de mayo. El tema, “Envejecimiento activo”. ¿Qué pintaba yo ahí? La idea era hablar de cómo mi blog había sido mi aliciente tras tener que dejar de trabajar obligadamente por enfermedad y sin acercarme ni de casualidad a la edad correspondiente de jubilación.
Tras hablar con la persona encargada de la organización del evento, me pidió que cocinara algo y lo llevara como merienda. Se suponía que el público sería en su mayoría señoras de una cierta edad, que tal vez no tuvieran mucha idea de lo que es un blog o de utilizar internet. Lo primero que pensé fue que la mayoría sabrían cocinar mejor que yo y por supuesto serían expertas en recetas tradicionales. ¿Una coca de tomate? ¿Una coca de llanda? Más bien no. Por otro lado, ese tipo de público no tenía nada que ver con los asistentes a mis sesiones en el ámbito educativo. Tenía que aprovechar esa experiencia pero también elegir una receta que estuviera segura que no la iban a conocer aunque fueran valencianas como yo. Era preciso saber atraer su atención previamente a la degustación, pero sin olvidar para nada el primer objetivo: mi blog es parte de mi esencia vital antes y después de dejar de trabajar. Mis orígenes, mi tradición familiar en el ámbito educativo y culinario, el blog como experiencia de vida nueva, esfuerzo y amistad.
La receta la tuve clara en seguida. La Monjàvina es fácil, se puede preparar un poco antes, los ingredientes no son difíciles de encontrar, es sorpresivo el resultado y sobre todo, está rica. Seguro que nadie la conocería. La lucecita de la originalidad se encendió y la idea de adaptar la receta a la freidora de aire, surgió rápido. Hice tres pruebas (una de ellas sin azúcar) consiguiendo un excelente resultado con la que lleva azúcar que es la que os muestro, sin azúcar por desgracia no queda ni parecida.
Las fotos no son maravillosas. Todo lo que os cuento es un resumen, pero conllevó mucho trabajo tecnológico y de cocina y esta Monjàvina que veis, se la regalé a unos vecinos y no podía esperar a que pasara mucho tiempo. Es mejor comerla en el día.
Cargamos con dos bandejas grandes de horno con Monjàvinas ya hechas, la masa de la pequeña preparada, azúcar, canela, huevos, un bol, un batidor de varillas, una espátula, servilletas, papel de cocina y la freidora de aire. Estaba segura de que me iba a salir bien tras tanta práctica y contaba con estrategias para que no fuera necesario ni entrar al blog. En el portátil la presentación de PowerPoint con vídeos insertados y muchas fotos completaron el paquete de utensilios e ingredientes. Menos mal que todo salió bien; hasta hubiera podido estar mucho más tiempo dando la charla aunque internet no funcionó bien y no pudimos entrar al blog. De hecho, hubiera sido mucho más aburrido.
Y sí, las asistentes fueron casi todo señoras de lo más agradables y agradecidas a las que, entre muchas otras cosas, puse a formar como si estuviéramos en una Entrada de moros y cristianos, a cantar una tonadilla tradicional que grabó una paisana cuando enseñaba a preparar la receta. Mientras la pequeña Monjàvina se horneaba en la freidora, terminamos la sesión como si las señoras y yo nos conociéramos de toda la vida y ya se hubiera establecido un bonito vínculo. Después, se cortaron buenos trozos del dulce y disfrutaron comiendo encantadas. Me dijeron al día siguiente que en el pueblo se habló del evento gracias a ellas y yo os puedo asegurar que disfrute en la preparación, en adaptar la receta para la freidora con éxito para hornearla en vivo y en directo. Durante la charla afloraron en mí muchas emociones y eso vale más que todo el dinero del mundo.
Al hornearla en la freidora, el olor que se expande en la cocina es exactamente igual que en el horno y también, se forma al menos una “onda” aunque no podemos ver el precioso proceso porque la freidora no tiene una puerta de cristal. En la sesión, pensé sortearla, pero no fue posible porque desaparecieron las dos grandes y ésta.
Hornear una Monjàvina es como hacer magia y la mar de sencillo. Aunque es una receta de Semana Santa, la publico para celebrar la Festividad del 9 de Octubre, día de la Comunidad Valenciana y felicitar así a tod@s mis paisan@s. También para recordar a mi madre que falleció hace cuatro años y de la que no me pude despedir. En las fotos podéis ver una libreta de recetas suya que ella me regaló y que yo le devolví como regalo de Reyes encuadernada en tela. Es un tesoro.
Espero que la preparéis y enlacéis a mi blog. Estoy segura de que os gustará.
Ingredientes para una monjàvina para la cubeta de la freidora de aire Cosori de 5-5 l de capacidad
- 125 g de agua
- 80 g de aceite de girasol
- 75 g de harina de repostería
- 3 huevos
- 55 g de azúcar
- canela
* 1 hoja de papel de hornear o un molde de papel desechable especial para freidora de 5.5 l
* un bol
* una espátula
* un bote de cristal para mezclar el azúcar y la canela
Antes de empezar…
- Pesar todos los ingredientes. Sacar los huevos de la nevera.
- Mezclar el azúcar y la canela.
- Medir la cubeta de la freidora y recortar por la mitad la hoja de papel. Colocar las dos mitades en forma de cruz de forma que al introducirlas en el cestillo las acoplemos formando un molde. Yo doblé los bordes hacia dentro para que quedara más fuerte y al hornear no sobresalieran en absoluto. Si os queréis evitar este trabajo, venden moldes especiales para la freidora, pero que no lleven agujeros, claro. Si pincháis aquí, podéis comprar unos cuantos.
Preparación tradicional y horneado
- Mezclar el agua y el aceite y ponerlos en un bol. Se puede calentar en un cazo o como yo hice, utilizar el microondas calentando 2 minutos a 750 W o hasta que hierva.
- Sacar el bol del microondas y añadir la harina de golpe. Sacar el bol del microondas o retirar el cazo del fuego. Mezclar hasta que se integre. Para los que no lo sepan, a esta masa se la denomina “masa escaldada”.
- Ir añadiendo los huevos uno a uno hasta que se integren con la ayuda de unas varillas.
- Si la freidora necesita calentamiento, precalentarla 4 minutos a 195º.
- La cesta de la freidora está caliente. Colocar en el interior el papel de hornear previamente recortado con mucho cuidado para no quemarnos o el molde de papel desechable.
- Con la ayuda de una espátula, verter la masa de la Monjàvina y extenderla bien.
- Espolvorear por encima la mezcla de azúcar y canela.
- Introducir la cesta en la freidora y programar, 15 minutos a 180º y si no está dorada se pueden programar 5 minutos más a 170º.
- Durante el horneado, al igual que en el horno, la masa se hincha y se forman como ondas.
- Sacar la cesta de la máquina y dejar que se enfríe la Monjàvina antes de desgustarla.
Notas:
- Si queremos preparar la Monjàvina en horno tradicional, doblaremos la cantidad de ingredientes para que nos salga más grande y hornearemos de 20 a 25 minutos a 180º o hasta que se dore. Para más información pinchad en este enlace que os lleva a mi otra receta, aunque las cantidades no son exactamente las mismas, también tenéis la preparación en TMX. Con estas cantidades, es mejor mezclar a mano o con una batidora, no compensa ensuciar la TMX.
- Es mejor utilizar aceite de girasol. En otra prueba utilicé de oliva pero era virgen extra de calidad pero reduciendo bastante la cantidad. Así y todo, aunque salió bien, el sabor se aprecia demasiado y eso no puede gustar a todo el mundo. Como se trata de una receta árabe, está claro que el aceite que utilizaban sería de oliva. Reducid la cantidad de aceite de oliva para esta receta. En la charla conté con la presencia de Aceites Albert que trajeron una muestra de sus aceites, los que yo suelo compartir en mis entradas.
- Tenéis todos los modelos de Cosori en los enlaces por si queréis comprar una. Me falta probar la receta en la nueva Dual Blaze. Si no pasa nada, lo haré mañana porque tengo comida familiar y es una receta favorita. Editaré la entrada con un comentario.
Bon profit!
Buenos días, Marisa: no creo que prepare la monjavina porque soy negada para los dulces, pero la historia que cuentas me ha encantado y la libreta de tu madre es una preciosidad, además de un recuerdo muy entrañable. Besos y feliz domingo.
ResponderEliminarHola Marisa!. Me ha encantado (como siempre) leerte, lo de la libreta de tu madre muy emotivo para mi, me imagino que será un tesoro para ti, una gozada tenerla.
ResponderEliminarEn cuanto a la monjavina una paisana tuya hace muchos años me dio la receta y doy fe de que es un exquisito dulce. Ves no pensé que tendría tan buena pinta con la freidora de aire, he estado husmeando en los enlaces que pones al respecto y me parece un artilugio para estudiarlo.
Cuídate!.
Un fuerte abrazo.
Excelente experiencia y motivadora para ti y para todas las que tenemos un blog y lo llenamos por afición, sin otro resultado. La monjávina me ha parecido una masa igual a la de los buñuelos en horno o en freidora de aire, que yo no tengo, ni pienso comprar por el momento, son demasiados cacharros en la cocina ya. Buenísima seguro y fácil para mi, si la preparo ya te aviso.
ResponderEliminarUn beso.
Buenos días Marisa. Nos regalas dos tesoros, la receta de un dulce tan antiguo, que yo conocí gracias a algunos blogs valencianos, incluido el tuyo, creo recordar que lo compartiste hace un tiempo, ahora pasaré de nuevo a verlo, aunque yo estoy limitada con la repostería por falta de motivación, me recuerda tanto a mi madre que cada vez que hago el intento, me bloqueo.
ResponderEliminarY ese cuaderno de tu madre, eso sí que es un tesoro para ti, escrito de puño y letra de tu madre, seguro que cada vez que lo abres, revives momentos con ella haciendo algo bien rico. El tiempo pasa, pero la ausencia sigue siendo dolorosa, no hay día en que no las tengamos en nuestros pensamientos.
Seguro que él aula que compartiste con los mayores fue muy gratificante para todos, no me cabe duda que lo harías perfectamente, eres una maestra en todo y se ve que disfrutas dando lecciones de lo que más te gusta ahora mismo, cocinar y conservar la cocina valenciana, adaptándola a los nuevos tiempos.
Me alegra que lo disfrutaras. Besos.
¡¡Hola Marisa!! Bueno, ya te he leído que el verano no ha sido precisamente bueno, con el covid y otras cosas, pues ya sabemos que las cosas malas nunca vienen solas. Espero que todo vaya mejor y sobre todo que estés animada, pues la actitud es algo muy importante ante los problemas y obstáculos.
ResponderEliminarConozco la monjàvina desde que tengo el blog, pues antes no la conocía y no he tenido el placer de probarla, pero que sin duda, me la dejaré en pendientes, aunque esa lista de pendientes en inmensa, alguna vez le llegará su turno y podré disfrutarla. Se ve bien rica y estupenda, aunque yo no la haga en la freidora de aire, pues no tengo.
Te entiendo perfectamente la sensación que has tenido con la gente mayor, yo les doy clase también. Dentro de dos semanas empiezo a impartir también unos cursos que financia La Caixa para ellos y les tengo que hablar de nutrición, ya impartí uno el año pasado donde les hablaba de la sarcopenia y ya hablamos de comida. Pensaba que no iban a conocer algunos ingredientes como la quinoa y otros que normalmente no usaban nuestras madres y me sorprendieron mucho, pues no sólo la conocían, pues algunos la habían incorporado a su día a día. Y era gente bastante mayor. Pero bueno, me sorprendieron en todo, pues cuando hablábamos de caídas en casa, evitar obstáculos innecesarios, me di cuenta de que todos ellos tenían la casa más que preparada, una hasta tenía en su casa un ascensor para subir al piso de arriba. Sus cuartos de baños arreglados para que no tuvieran ningún obstáculo y se contaban unos a otros qué pasos había que hacer para solicitar a servicios sociales todo eso. Cuando hablábamos de comida me contaban qué desayunaban o qué comían, y la verdad es que tenían muy claro qué había qué comer. Si yo les decía qué tenía más proteínas, si un yogur normal o uno griego, me lo acertaban a la primera. Bueno, los que van a esas clases suelen ser gente activa, pues los mismos que van a las charlas de nutrición, tienen una segunda parte, que es el taller de "En Forma" de La Caixa y ahí les pongo las pilas con los ejercicios. Me encanta lo puntuales que son, que si faltan a clase es por fuerza mayor y son de lo más agradecidos. He dado clase a niños durante veinte años, llevaba todos los cursos, de tres años a bachillerato y si tengo que elegir, me quedo con los mayores, son mucho más agradecidos por cada cosa que les enseñas.
Por cierto, me dijiste que pusiera mi receta del miércoles para lo del desperdicio, y sí lo pensé, pero luego me decanté por la verdad, y es que no usé los croissants como reciclaje, los compré adrede, pues no compro nunca ni bollos, ni magdalenas ni croissants ni nada de eso. Tuve que dejarlos toda la noche fuera de la bolsa para que se me pusieran un poco duros. Normalmente lo que hago para el blog, lo hago adrede, pues normalmente ni tomo azúcar, ni como nada de repostería, salvo lo del blog, una tarde del fin de semana y ya está. Mis desayuno son siempre una tostada con aceite, un kiwi y un vaso de leche, a lo mucho, si es invierno con un poco de miel, y si es verano sin nada. Algún fin de semana me pongo mermelada pero de las mías. De ahí que tuviera que comprar los croissants y los justos para gastarlos y que no sobraran. Bueno, ya me he vuelto a enrollar, ja, ja, cómo si no hablara suficiente ya en mi día a día, que también por escrito. Besitos y feliz día de la Comunitat.
Buenos días Marisa! Que entrada más bonita nos traes hoy. Y con un postre tradicional que no conocía y que me ha encantado. Tengo que prepararla pues debe de estar riquísima!! Pero la haré al horno tradiciona, auqnue tengo freidora de aire, no me apaño nada bien con ella, no me acaba de gustar del todo...quizás yo soy más del horno de toda la vida y de plancha. Aunque la tuya se ve perfecta en freidora de aire. Un besito.
ResponderEliminarMarisa no sé decirte lo que más me ha emocionado de esta entrada, este encuentro maravilloso con señoras encantadoras o esta libreta de recetas escrita con tanto cariño y decorada con tanto mimo o el recuerdo de tu madre que inevitablemente me trae el recuerdo de la mía.
ResponderEliminarNo conocía este dulce pero me parece sencillo y además lleno de emoción que es lo que me mueve en la cocina.
La freídora de aire todavía no me tiene convencida en relación con el horno pero cada vez se ven más recetas que tal vez me inspiren!
Besos y feliz semana,
Palmira
Hola Marisa, no es que me guste tu receta, es que me encanta!! Pero me encanta todo, la monjàvina que había oído alguna vez aunque no la he hecho nunca, tu charla con la gente mayor que debió ser una maravilla, y la libreta de tu madre.....eso vale un potosí!!
ResponderEliminarMe guardo tu receta que me parece un dulce delicioso, y la haré en mi freidora que hasta ahora me sale todo de categoría. Aumentaré un poco tus cantidades para adaptarlas a la mía....ya te contaré!!
Un bst.
Complimenti, sarà buonissimo!!!
ResponderEliminarBuenos días Marisa, muchas gracias por compartir esta receta. Para mí es desconocida y me ha gustado mucho leer toda la elaboración. Seguro que es una verdadera delicia, solo hay que ver las imágenes. Te doy la enhorabuena, seguro que ha sido una experiencia muy bonita hablar de tu reloj y de todo lo que ha conllevado en tu experiencia.
ResponderEliminarY qué decirte de la entrada y el recuerdo de las recetas. Qué bonito, compartir con este cariño :) Un beso :)
Acabo de leerte. Quieres saber mi opinión? Bravo y doblemente gracias por regalarnos está receta y por compartir con nosotros tu emotivo recuerdo
ResponderEliminarMuchas gracias por esta delicia de receta. Estaba leyendo algunas recetas para freidora de aire y esta me pareció muy rica sin duda!
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