Desde febrero no había compartido una mermelada. Como sólo como yo, hago menos veces y menos cantidad porque al final, se queda en la nevera abandonada y es una pena. Más mal sabe si ocurre porque normalmente, mis mermeladas son de aprovechamiento y entonces es algo incongruente por mi parte.
La que hoy comparto también es resultado de aprovechar cositas aunque tal vez os parecerá de lo más rara. En este blog podéis encontrar recetas extrañas, fruto de la experimentación o de mis llamémoslos “atrevimientos culinarios”, que no tienen porqué gustar a todo el mundo, pero si las publico, es porque a mí sí que me han parecido que lo merecían. No os podéis imaginar, la cantidad de recetas que se quedan sin publicar o porque no me han gustado o porque las fotos quedaron feas y las dejo para repetir. En muchas ocasiones no les doy otra oportunidad.
Si pincháis en el enlace os lleva directamente al ya largo listado de mermeladas compotas y confituras publicadas en el blog. Seguro que más de una os apetece probar. También tenéis a vuestra disposición los Tutoriales que elaboré hace ya tiempo y que se suelen visitar con frecuencia.
Como ya os dije, me fui unos días fuera y a la vuelta me encontré con cositas en la nevera que tenían que ser consumidas pronto. Justo el día antes de salir, vino mi vecina de abajo con una fuente llena de pimientos, berenjenas y tomates de cosecha. Ellos se iban también y me las daba para que no se estropearan sin saber que yo tampoco las podría gastar en seguida. A la vuelta me encontré con que tenía sólo 1 pimiento rojo pachucho, pero gasté calabacines y me quedó un trozo. Lo primero que pensé al ir buscando y encontrarme una cebolla solitaria, fue en hacer un pisto y vaya si lo hice, pero al ver que me quedaba poca cantidad, se me ocurrió añadir el azúcar de abedul y convertirlo en una confitura. También la botella de aceite se estaba terminando...
A simple vista parece un pisto salado y no está muy dulce porque le añadí muy poco edulcorante.
Inventar una confitura de este tipo, es porque soy creativa y me apetece probar contrastes de sabores experimentando a la vez con las cocciones de este tipo de preparaciones sin azúcar. Ya publiqué una Mermelada de pisto de y para Elisa, que asombraría a más de uno y mira por dónde, la receta no era mía.
No sale demasiada cantidad y yo no la vertí en tarros para ir consumiéndola ya. Me gusta especialmente con quesos y no puedo recomendar otra combinación que no haya probado. Lo mejor es que con poca cantidad de azúcar de abedul y poco tiempo de cocción quedó espesa y no está muy dulce.
Lo que os parecerá extraño es que al ser inicialmente un pisto, lleva aceite de oliva. Mi aceite de oliva virgen extra es de calidad y la cantidad que puse no es grande; podéis comprobar al ver las fotos, que no se percibe en absoluto rastro de aceite en la confitura.
Si os atrevéis, ya me contaréis y si la acompañáis con algo diferente a un queso, también me encantaría saberlo.
Otra receta más que va a acompañar al resto de aportaciones de este mes de mi proyecto 1 +/-100, desperdicio 0.
La blogosfera está muy vacía, pero Thermofan sigue abierto para quien quiera darse un paseo. También podéis encontrarme en las RRSS. Que paséis un buen fin de semana.
Pinchad en el siguiente enlace que os dirige a los recopilatorios de cada mes para que podáis acceder fácilmente a todas las recetas presentadas en 1 +/-100, desperdicio 0 y En buena onda desde su inicio. Y si queréis saber en qué consisten los proyectos, pinchad en los enlaces o en los logos. Os invito a participar.
Ingredientes
- 200 g de pimiento rojo
- 250 g de calabacín blanco
- 220 g de cebolla dulce
- 100 g de zanahoria
- 40 g de aceite de oliva CasaAlbert virgen extra DOP “Flor de Espadán”
- 100 g de azúcar de abedul o azúcar
Antes de empezar…
- Lavar el pimiento rojo y el calabacín. Quitar las semillas del pimiento y después, cortarlos en trozos no muy grandes. Pelar la cebolla y cortarla en cuartos.
- Pelar la zanahoria, quitarle las puntas y cortarla en rodajas.
Preparación en TMX
- Poner en el vaso la cebolla y programar, 3 segundos, velocidad 4.
- Añadir el pimiento rojo, el calabacín y la zanahoria. Programar, 5 segundos, velocidad 4. Bajar los restos con la espátula.
- Agregar el aceite y programar 20 minutos, 120°C, velocidad cuchara, giro a la izquierda.
- Pasar a un bol y volver a introducir el pisto en el vaso, pero para pesar la cantidad y así, añadir el azúcar de abedul o azúcar. En mi caso pesó 640 g.
- Añadir el azúcar de abedul o azúcar y programar 20 minutos, 120°C, velocidad cuchara, giro a la izquierda. Si se tiene la tapa anti salpicaduras, colocarla y si no es así, colocar el cestillo sobre la tapa.
- Verter la mermelada en tarros previamente esterilizados en agua hirviendo, taparlos y dejarlos boca abajo sobre un paño de cocina hasta que se enfríen. De este modo, se hará el vacío.
Preparación tradicional
- Poner en una cacerola el aceite. Cuando esté caliente, agregar la cebolla picada menuda. Sofreír unos minutos hasta que pierda la dureza. No interesa que se dore.
- Añadir el pimiento rojo, el calabacín y la zanahoria cortados en trozos pequeños. Seguir sofriendo a fuego bajo durante unos 20 minutos o hasta que esté hecho el pisto.
- Poner un bol sobre una báscula y pesar el contenido de la cacerola para poder saber la cantidad de azúcar de abedul o azúcar que queramos añadir. En mi caso pesó 640 g.
- Añadir el azúcar de abedul o azúcar y cocer la mermelada removiendo a menudo hasta que espese o hasta que al poner un poco en un platito introducido en el congelador previamente, se deslice poco a poco. No indico el tiempo porque la mía la hice en la TMX.
- Verter la confitura en tarros previamente esterilizados en agua hirviendo, taparlos y dejarlos boca abajo sobre un paño de cocina hasta que se enfríen. De este modo, se hará el vacío.
Notas:
- Al ser sin azúcar, el resultado no tiene porqué ser el mismo que si lo lleva. Hay que tener esto en cuenta siempre. Tampoco es lo mismo, utilizar la TMX o hacerla de la forma tradicional, puede variar el tiempo de cocción.
- Al ser una receta de aprovechamiento, no sale mucha cantidad. Es mejor hacerla y si gusta, repetirla doblando las cantidades.
Bon profit!
Pues te ha quedado de lo más apetecible, era una pena desaprovechar esas verduras de cosecha. Es verdad que muchas recetas se quedan por el camino y experimentos de los que aprendes y que te sirven para no cometer los mismos fallos en recetas futuras. Todo vale! jjj Besitos preciosa!
ResponderEliminarMarisa ese tarrito tiene pintón :-))))
ResponderEliminarHola Marisa, te lo vi el otro día. Y pensé que tenía que venir a verlo porque es que lo encuentro súper original. Tiene que estar buenísimo. Lo has aprovechado todo al máximo. Feliz semana, besitos.
ResponderEliminarMe sorprende un pisto dulce, pero seguro que además de original estará rico rico, con lo que me gusta el pisto no puedo dejar de probarlo.
ResponderEliminarBesos
Marisa luego de varios días perdida llego a verte y a refrescar un poco mis visitas que las hago desde el computador vamos adelantando cuaderno con amigas que siguen por estas zonas. Andamos en modo ralentizado, por allí en verano, por acá en invierno y disfrutando de estos días que Mr.G estuvo de vacaciones y mi rutina se despelota más de lo normal; pero ya retomo de nuevo (ando retomando y retomando y es que desde tiempos de este bicho, como que el tic tac no rinde, algo pasa con el tiempo; pero bueno aquí seguiremos).
ResponderEliminarTu pisto me recuerda montones el sofrito criollo (hogao) o guiso que es base de muchos platos, claro es un primo lejano pero a la vez cercano ;),
Te entiendo con aquello de las mermeladas y el ser congruente porque rinden bastante y se pueden quedar en el olvido en la nevera si no consumimos a diario. También me uno a tu sentir con la cantidad de recetas que se van quedando por allí, montones y montones, muchas no llegan a ver la luz por tantos motivos, que la vida no nos da. Siempre es un placer aprovechar, tener esa premisa en el hogar y este proyecto que es un hit (este mes sí espero llegar con algún aporte, que tengo varios y ya sabes, por más que se quiera no lo logro). Hace unos días vine a ver tu merengue de aquafaba porque me tope con una mousse que lo tenía y me acordé de ti, que maravilla, ese es de las delicias que hasta que no se realizan uno no la cree.
P.D. que vivan todos los ATREVIMIENTOS CULINARIOS, ;*
voy a tu merengue que aquel día que lo vi no te comente en lo que andaba
besos bonita