Como ya os comenté en la entrada anterior, he estado muy liada últimamente. No he parado y he cumplido antes con otros retos, que con el mío, el 8º BBSS. En el lema os propongo preparar recetas veraniegas, para lo que llamábamos hace años, “el veraneo”. También, si así se desea, se pueden contar anécdotas de nuestros veranos que acompañen a las recetas.
Ya hay más de 30 recetas y la que os traigo hoy, más que una receta, es un plato que forma parte de mis más queridos recuerdos del verano. Estas patatas las tomábamos por las noches para cenar. A veces, había tanta cantidad, que constituía un plato único que acompañábamos con queso o fiambre, lo que en Valencia llamamos, “el plat del companatge”, cuya traducción no es muy fácil y cuyo, uso, al igual que el del “veraneo”, me parece que también está desapareciendo. Por si no lo habéis deducido, me refiero a un plato en el que colocaban trozos de embutido y de queso para tomar a solas, con pan, o tras la cena o la comida. También recuerdo que mis suegros, que eran de Extremadura, lo llamaban, “el plato del retal”, y consistía exactamente en lo mismo.
En esos días de verano, estábamos en el campo. Nosotros no íbamos a la playa y eso que teníamos Gandía a 40 km. Mi padre trabajaba desde temprano en su academia y venían los niños a repaso y cuando no lo hacía, siempre estaba ocupado en hacer otras cosas relacionadas con algún tipo de obra. Como mucho, íbamos a la piscina de unos amigos, que estaba cerca, o sacábamos la manguera y nos echábamos agua bien fría encima, ya que el calor era sofocante.
Por la noche, se oía el sonido de los grillos, algún búho y más de un mosquito asesino. Mi padre remojaba la plaza para que se estuviera más fresco y mi madre, o yo, cuando ya era más mayor, preparábamos unas buenas bandejas de estas ricas y sencillas patatas al horno. Lo hacíamos a última hora para que estuvieran calientes y bien crujientes. Patatas nuevas (no valen las viejas) asadas con un buen aceite de oliva de cosecha, sal y pimentón; no dejábamos ni una. El pimentón, no siempre lo utilizábamos, porque no le gustaba a todo el mundo.
Igual no os parece una receta digna de ser publicada, pero os aseguro, que casi todas las recetas veraniegas familiares, están ya en el blog y ésta es una de las más BBSS y de las que me trae también muy buenos recuerdos, porque formó parte de más de una cena a la fresca. En cuanto pueda, haré un recopilatorio de todas ellas para recordároslas.
Espero que os guste.
Ingredientes
No pongo cantidades porque dependerá del número de comensales
- patatas nuevas
- aceite de oliva de buena calidad
- sal
- pimentón (optativo)
Preparación tradicional
- Pelar y cortar en lonchas finas las patatas. A nosotros, nos gustaban bien crujientes. Cuanto más finas, más crujientes.
- Rociar con aceite de oliva la bandeja de horno, colocar las patatas y volverlas a rociar con aceite. Espolvorear con sal.
- Hornear a 200º el tiempo necesario para que estén bien crujientes. Cuando veamos que están ya empezando a dorarse, espolvorear con el pimentón y controlar que no se queme.
- Servir en seguida.
Bon profit!
Nos encantan. Yo las hago cuando meto panes al horno, las pongo al ladito, me chiflan!
ResponderEliminarBien merecen la pena se publicadas estas patatas, es un plato de 10, sencillo, bien sencillo, pero lleno de sabor y sobre todo buenos recuerdos.
ResponderEliminarUn beso de maricacharros.
Me encantan, que ricas, y asi ya no es lo mismo. Besitos.
ResponderEliminarDeben estar buenísimas!!! Con el pimentón... Bss.
ResponderEliminarPatatas evocadoras: lo importante es revivir esos momentos felices y creo que con este reto, muchos hemos vuelto la vista atrás con más de una sonrisa en el rostro.
ResponderEliminarPor todo ello, te doy las gracias querida amiga.
Besos
Marisa me encantan tus patatas familiares, y esas noches a la fresca del verano, Tu recuerdo de cómo tu padre regaba la plaza para refrescar, me trae a la memoria una bonita historia de nuevo de mi infancia, en mi calle, y con el riego de por medio. A ver si saco un ratito para contárosla.
ResponderEliminarPor eso me gusta tanto la cocina sencilla y familiar, porque para mí siempre está llena de buenos recuerdos, y sensaciones que la hacen muy digna en cualquier momento.
Besos y gracias de nuevo por este reto que tanto me está gustando.
Que ricas Marisa,de esas patatas me comía yosola una bandeja de horno......me chiflan,y los recuerdos de la niñez la hacen todavía más apetecibles¡¡¡
ResponderEliminarBesitos guapa¡¡
Que ricas estas patatas, pero lo que mas me ha gustado es esa historias que nos cuentas de tu padre y esas noches de verano, unos recuerdos entrañables.
ResponderEliminarUn beso
me chiflan Marisa!!, espero llegar al BBSSEO bbbssss
ResponderEliminarMarisa en realidad lo más importante son los recuerdos que acompañan a las patatas, que por otra parte me parecen estupendas y deliciosas, yo se de uno que se comía una buena bandeja.
ResponderEliminarA mi particularmente me encanta cenar de fiambre, es muy cómodo y no da nada de trabajo.
Un BBSS muy apropiado.
Bss.
Marisa una receta sencilla , pero de esas que no te cansas de comer y siempre apetecen , que ricas
ResponderEliminarbesinos
Sencillas pero deliciosas y es que me encantan... y si son algo picantitas mejor, bsss
ResponderEliminarYo las hago en casa, las corto con mandolina y las frío en la freidora, a mis hijos les encantan, un aperitivo perfecto y más sanas que las compradas. Que bien sientan acompañadas de una cervecita bien fresca o como tu dices de queso o embutido...
ResponderEliminarPásate por mi blog, estoy de sorteo, lo mismo te apetece participar, no hay que hacer nada...
Besos.
Hola Marisa, seguro que estas patatas os sabría a gloria, después de tanto juego y pasarlo en grande los niños siempre se mueren de hambre, nuestras madres sabían perfectamente como darnos de comer y sobre todo hacernos felices. Tuvimos mucha suerte. Un beso y me quedo disfrutando de esta sencilla y deliciosa receta!
ResponderEliminarMe encantan Marisa yo las hago al horno y en casa nos chiflan, y esos recuerdos que te traen las patatas es lo mejor de todo.
ResponderEliminarBesinos
El toque de Belén
Qué ricas patatas Marisa, y qué bonitos recuerdos te traen. A mi me encantaría tomarme este rico platito que has puesto.
ResponderEliminarUn beso
Me encantan estos recuerdos de la niñez, me transportan a la mis propia y me veo comiendo un buen plato de estas patatas.
ResponderEliminarBss
Elena
Que buenas son, las hagas de la forma que las hagas nunca defraudan... en mi casa también eran muy habituales los veranos y siguen siéndolo, porque es la mejor época para las patatas.
ResponderEliminarPor fin he podido publicar una receta para el BBSSeo, ya sabes que no ando muy sobrada de tiempo, pero por los amigos lo que sea.
Biquiños corazón y buen día
Estas patatas bien que merecen estar en el recetario del blog y es una aportacion fantastica para el BBSS seguro que estan de muerte relenta no lo siguiente,yo una vez empezara no podria acabar hasta comermelas todas.
ResponderEliminarComo siempre receta y fotos son de 20 points.
Bicos mil wapa.
Muy buenas se ven Marisa, las haré. Yo al cocinar siempre recuerdo a mi madre o a mi abuela, suelo elaborar las recetas como ellas, de las que aprendí muchísimas cosas además de recetas de cocina. Muy en mi corazón la conserva de tomate todos los veranos. Y es un recuerdo tan grato que siempre saben a gloria. Un besote guapisima
ResponderEliminar